Los aplausos anticiparon el inicio de la conmemoración, cuando desde el escenario, Nora Veiras, la directora periodística del diario, dijo, solo por el rigor de quien debe enunciar el acontecimiento: “Estamos emocionados, conmovidos, hoy hace una semana que Mario no está acá. Pero está tan presente como siempre”, acertó, antes de agradecer a la familia de Mario -representada por su pareja Cecilia Delpech, por sus hijos, su hermana- por acompañar el homenaje. Luego presentó a sus compañeros de mesa: los periodistas Martín Granovsky, Irina Hauser y Melisa Molina.

Así, en el encuentro que comenzó con la certeza de esa orfandad que pesa en el pensar “sin Mario”, y concluyó con las canciones que Beto Solas solía cantar con él en vivo y en la radio, su recuerdo atravesó los años compartidos en la redacción de Página/12 y las anécdotas. Y hubo dos palabras que se repitieron entre las risas, la congoja y los aplausos: respeto y derechos. Quizá las que orillan e iluminan, a partir de ahora, el recuerdo de su risa franca o de su distancia ante lo que no convalidaba, tanto en la política como en el periodismo.