Se suele relativizar el voto al ultraderechista neoliberal. Existen sectores muy vulnerables de la población, muy confundidos y que "no saben lo que hacen". Se nombran muchos y distintos factores para explicar por qué sectores que serían los primeros afectados se pueden inmolar o autodestruir. Hay muchas razones estructurales, históricas, económicas y mediáticas que explican que se puede dar este fenómeno. Si la desgracia se cumple, no será un castigo divino, nadie querrá asumir la responsabilidad y, sin embargo, la historia demuestra que, además de los grandes promotores absolutamente cómplices, también los ahora confundidos, los que no terminan de entender, los que quieren "algo nuevo", los que odian todo lo que históricamente fue justo e incluso los aturdidos serán responsables.

No existen las sociedades inocentes compuestas por seres distraídos que la historia luego va a justificar. No es una dictadura que impone el terror, es una elección "libre", en todo caso manipulada mediáticamente por actores que han tomado una posición antidemocrática desde hace tiempo atrás. Elegir al ultraderechista es elegirse a sí mismo como alguien que no tiene ninguna pertenencia al pueblo histórico que permitió que Argentina fuera un país digno de ser concebido como una patria común. Entiendo a aquellos que quieren asumir los errores propios de un modo autocrítico para explicar a estos sectores que van a dimitir en su voto. Sin embargo, aunque ahora se presente esto con el "no saben lo que hacen", la voz de la historia y sus representantes sabrán dirimir las responsabilidades.