El GM Fernando Peralta pasa rápido entre los ajedrecistas que lo saludan y felicitan por la obtención de su quinto título del torneo Argentino de ajedrez, obtenido recientemente tras vencer en la final al zarateño Federico Pérez en el desepante a través de partidas rápidas, tras haber obtenido ambos 8 puntos sobre 11. Su mirada está puesta sobre el lugar de la cita, a la hora pactada. Ya dentro del Salón de Honor, toma aire, se sienta y se acomoda para esta charla con Página / 12 en la que repasa su carrera y cuenta sobre sus deseos de participar nuevamente en las olimpíadas que se llevarán a cabo el año próximo en Budapest. 

-Hace dos décadas vivís en España, pero venís a jugar las finales del Torneo Argentino, que acabás de ganar por quinta vez ¿qué significa este logro en tu carrera?

-Siempre es un objetivo importante poder venir a la Argentina para jugar las finales del Campeonato Argentino. Eso, en sí mismo, ya es un privilegio porque hay muchísimos ajedrecistas que trabajan muy duro y que incluso para llegar deben atravesar las etapas previas. Entonces lo valoro. Desde lo deportivo es significativo y también es importante porque me permite seguir en contacto con nuestro ajedrez, con los jugadores de acá, incluso con mis compañeros del equipo olímpico.

-Justamente, vas a participar en 2024 de las olimpíadas de Budapest. ¿Te estás preparando para esa cita, tu décima cita?

-Las olimpíadas se juegan cada dos años y siempre están dentro de mis objetivos principales. Cuando se terminan se inicia un nuevo ciclo que vuelve a fijar el objetivo de estar en la siguiente. Y uno tiene que seguir concentrado, trabajar, no descuidarse, mantener durante todo ese tiempo el nivel.

-En Barcelona mezclas el ajedrez profesional con las clases. ¿Se puede vivir del ajedrez como profesional?

-Sí, muchísima gente vive del ajedrez, por lo general dedicándose a la enseñanza. Ahora, vivir digamos de la competencia es más complicado porque es algo mucho más exigente y es, en sí mismo, un estilo de vida que no es para cualquiera. En mi caso, lo que intento es combinar un poco la enseñanza, que me da ingresos más estables, con la competencia.

-¿Cómo organizás entonces tus tiempos para la enseñanza y la competencia?

-Es mucho trabajo y cuesta organizarse, pero hay que hacerlo. Hay que ser muy serio en este sentido y ser capaz de generar momentos para dejar la parte económica y dedicarse a lo deportivo. Si uno no toma esa decisión e intenta hacer todo a la vez por ahí las cosas no le salgan como las imagina.

Candela Francisco y Fernando Peralta, durante una exhibición de AJedrecear en el CCK.

-¿Crees que hay una línea de ajedrez, más táctico o más estratégico, con la que los ajedrecistas argentinos se sientan más identificados?

-El aficionado argentino, el jugador de club, es un jugador que por lo general sabe bastante, que tiene mucha literatura, sabe más y tiene mucho concepto; mientras que el jugador europeo es más práctico, quizás porque está acostumbrado a jugar más torneos y eso hace que esté en forma; pero insisto, creo que el jugador argentino sabe más.

-¿Desde España, seguís el auge que está teniendo nuevamente en el ajedrez en la Argentina, en las escuelas, en los clubes, en la plazas?

-Sigo siempre con mucho interés lo que pasa con el ajedrez acá. En los últimos años han salido una cantidad de jugadores muy buenos. A algunos todavía no los conozco bien, pero los cuatro o cinco nombres que se destacan los conocemos todos y ya comienzan a trascender en Europa, como los casos de Candela Francisco, campeona mundial juvenil, o el chico Faustino Oro, por darte otro ejemplo.

-Ya que lo mencionás, hace poco dijiste de Oro que podría ser el mejor jugador Sub-10 de la historia del ajedrez ¿Qué es lo que ves en él?

-Le veo un talento muy difícil de explicar. Lo hablé con algunos de sus profesores. Faustino tiene muchísimas condiciones y muchísima intuición. Esa intuición la tiene tan desarrollada que es muy difícil de explicar con el poco tiempo que lleva jugando. Eso es algo que te da la experiencia. Es un caso muy especial. Obviamente que es muy chico todavía pero no deja de sorprender, y sin dudas puede ser un gran jugador. Y está bueno que consiga mucho apoyo, que es lo que se necesita en estos niveles.

-En tu caso, ¿cómo fue ese apoyo del que hablás?

-La verdad es que siempre traté de no depender de nadie, de marcar un poco mis tiempos. Además, nunca fue muy bueno en eso de buscar sponsors ni nada de eso. Lo mío fue irme a Europa para poder trabajar del ajedrez y se fue dando de manera gradual.

-Infancia en Llavallol, Lomas de Zamora ¿cómo fue tu primer contacto con el ajedrez?

-Comencé a jugar gracias a mi tío Tito, a mi padre, Horacio, después seguí jugando en mi colegio, el Echea, de ahí me fui al Club Monte Grande, y a partir de ahí fui jugando torneos con chicos de distintos lugares del país campeonatos nacionales, panamericanos y se fue dando de manera gradual. En ese tiempo no pensaba que me iba a dedicar a esto. Yo siempre tuve la idea de estudiar y estuve unos años en la Universidad, hasta que me decidí a tomar este camino.

-¿Vivís con una ajedrecista austríaca, Elisabeth Hapala? ¿Juegan entre ustedes ajedrez?

-Jugamos a un montón de cosas, pero no al ajedrez. Sí hablamos de ajedrez, ya que ella forma parte del equipo olímpico austríaco. Y nos comprendemos, sobre todo cuando uno tiene que hacer viajes para jugar sus torneos.

-¿Imagino que estás bien informado del rol cada vez más ascendente de las mujeres en el campo del ajedrez? 

-Yo creo que está creciendo muchísimo el número de mujeres, pero todavía falta mucho. Se le está dando mucha difusión, lo cual es muy positivo para el ajedrez en general porque necesitamos que más mujeres se animen a jugar. Y en Argentina está formando un equipo femenino espectacular.

-¿Con quiénes te preparás para las competencias?

-Con muchos amigos. No tengo uno en particular, aunque siempre destaco a Gabriel Del Río, que es un GM argentino que también vive en España. Con él estudié muchos años. Pero también están Tomás Sosa, Sebastián Iermito, Mario Villanueva, Martín Labollita, entre otros.

-¿Cuándo venís a la Argentina y ves tantos chicos jugando al ajedrez, qué sensaciones te deja?

-Me parecen espectaculares las cosas que veo. Muchas veces me envían fotos de las actividades que se hacen en la Argentina y creo que no es casualidad que veamos tantos buenos jugadores. Es un poco el producto de todo ese trabajo que se hace en la Argentina con el ajedrez.