“Hacemos responsable al juez Otranto, a la fiscal Ávila, al famoso Noceti y a todo el gobierno de lo que pase en la Pu Lof, porque cuando salen de allí siempre están golpeados nuestros hermanos y hermanas, y la última vez que se llevaron a Santiago Maldonado no lo devolvieron”, dijo Soraya Maicoño.  “Ustedes son testigos de los operativos, no podemos entrar a nuestra Pu Lof porque los tres accesos están cerrados, cómo entran y salen las camionetas de Benetton y las de la comisaría, vieron salir a la policía montada porque duermen y comen ahí, es un modo de amedrentamiento, no puede ser que las fuerzas del Estado se pongan a cuidar los intereses de los privados”, manifestó. 

La mujer que el día de la represión fue detenida en la ruta y pudo ver al jefe de Gabinete del ministerio de Seguridad en el lugar de los hechos, agregó: Me cansé de hablar de (Pablo) Noceti, es él quien debería dar explicaciones, nosotros queremos denunciar la complicidad del Estado nacional y provincial en el hostigamiento y la persecución política que estamos sufriendo”. Maicoño resumió las razones de fondo de los sucesivos ataques: “Es porque estamos diciendo no a los megaemprendimientos mineros e hidroelécticos y por eso nos persiguen, porque están cruzando nuestros territorios sagrados y ancestrales, por eso generan un enemigo interno, el pueblo mapuche violento e incivilizado, pero tenemos un montón de conocimiento y estamos conectados con las fuerzas de éste lugar, de esta tierra, de esos cóndores que vieron en el cielo que nos están protegiendo”, enfatizó. Ante la posibilidad de que algún gendarme rompa el pacto de silencio, Maicoño pidió “si tienen hijos y hermanos piensen en ellos y digan lo que sucedió, no podemos seguir tolerando que desvíen la investigación como si nosotros fuéramos los que le hicimos algún daño a Santiago Maldonado”.