La empresa Extreme Gear, que ensambla y fabrica zapatillas Adidas, despidió a 112 trabajadores de su planta de Esteban Echeverría. La marca alemana afirma que a raíz de una serie de problemas internos con los directivos de Extreme Gear decidió priorizar su producción en otra planta, ubicada en Coronel Suárez. Sin embargo, los trabajadores de Extreme Gear pierden su empleo y encima los empresarios se pasan la pelota para pagar las indemnizaciones. Fuentes del sector y del municipio responsabilizaron a la apertura de importaciones en un contexto de depresión del consumo interno. El sector del calzado en los últimos años avanzó en la fabricación de la capellada (parte superior de la zapatilla) pero con la avalancha de importados se retrocedió hasta el ensamblaje en el mejor de los casos, cuando no fue reemplazado por la importación de terminados.
“Ayer a la tarde fueron notificados 112 trabajadores de su despido. Han abierto las importaciones de zapatillas de China y no podemos competir”, señaló el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray. Desde hace unos meses, los trabajadores de la empresa vienen adoptando medidas de fuerza ante los despidos por goteo y las versiones del cierre de la planta, con otros 300 puestos en riesgo.
La planta ubicada en Esteban Echeverría fue abierta en 2011 por el empresario Juan Pablo Verdiquio con la posibilidad de producir para Adidas, en el marco de una política de sustitución de importaciones. El ensamblaje de zapatillas junto a la producción de la capellada (actividad mano de obra intensiva) creció sostenidamente. Luego Verdiquio vendió la fábrica a manos de los empresarios de Extreme Gear. Fuentes allegadas a Adidas advierten que la relación con Extreme Gear se deterioró al punto de que la firma alemana le reclama una deuda millonaria. Por esa razón, se trasladaría la producción a la planta de Coronel Suárez.
Sin embargo, la pérdida de los puestos de trabajo de Esteban Echeverría da cuenta de una reducción de la actividad productiva local por parte de Adidas. “El canal comercial está absolutamente sobreabastecido. Tienen un año y medio de ventas de zapatillas importadas”, explican fuentes del sector. La importación masiva de zapatillas Adidas y Nike al comienzo de la gestión de Cambiemos y el flujo que luego continuó en los meses posteriores y en 2017 determinó un escenario de desincentivo a la producción local. El primer eslabón que se desactivó fue la fabricación de la capellada. Por ejemplo, Puma despidió a cientos de trabajadores de la costurería y conservó a una porción menor del área de ensamblaje. También Alpargatas está desde hace meses con suspensiones masivas de trabajadores.
Las fábricas se vuelcan hacia el ensamblaje, que supone una reducción de la mano de obra. En el peor de los casos, el ensamblado local es directamente reemplazado por la producción terminada importada. Fuentes del sector advierten que el Gobierno trabaja en un proyecto de ley para reducir aranceles a la importación de partes terminadas, lo que implica un final definitivo para la fabricación de la capellada, aunque según los funcionarios de Cambiemos podría mejorar la perspectiva para el ensamblaje.