Tras el trágico tiroteo en Las Vegas que causó más de 50 muertos y 500 heridos, el presidente estadounidense, Donald Trump, calificó el hecho como “un acto de pura maldad”. "Estamos unidos en nuestra tristeza, conmoción y luto", manifestó Trump en su primera declaración desde la Casa Blanca tras los sucesos de la víspera.

El presidente no calificó el ataque como un “atentado terrorista”, en consonancia con las primeras estimaciones del FBI y el Departamento de Seguridad, a pesar de que el Estado Islámico reivindicó el ataque en un comunicado publicado por la agencia Amaq. "Las agencias están trabajando estrechamente con las autoridades locales para ayudar con la investigación, y proporcionarán actualizaciones en cuanto se desarrollen", añadió Trump.

El mandatario aprovechó la ocasión, además, para exhortar “a la unión del pueblo estadounidense”. "Nuestra unidad no puede tambalearse por la maldad, nuestros lazos no pueden romperse por la violencia, y aunque sintamos una ira tan grande ante el asesinato sin sentido de nuestros compatriotas, es nuestro amor lo que nos define hoy, y lo que siempre nos definirá", agregó.

El jefe del Estado Vaticano, por su parte, envió un mensaje a los afectados por la "tragedia sin sentido" de Las Vegas y aseguró estar "profundamente apenado” por lo sucedido. “Francisco envía la seguridad de su cercanía espiritual a todos los afectados por esta tragedia sin sentido", aseguró el secretario de Estado vaticano Pietro Parolin en un telegrama dirigido al obispo local Joseph Anthony Pepe.

El ministro británico de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, a su turno, dijo sentirse "horrorizado" y afirmó que el Reino Unido está junto con pueblo estadounidense en contra de esta "violencia indiscriminada". El presidente ruso, Vladímir Putin, a su vez, señaló que "el crimen que cortó la vida de decenas de personas conmociona por su crueldad".