Un Hamlet en clave de teatro musical, con banda en vivo y un músico protagonista que se convierte en la figura más cautivante del relato, narrando y comentando la acción. Un montaje de gran belleza plástica con guiños al cabaret y al circo, que articula un dispositivo escenográfico y lumínico impactante y gran variedad de recursos escénicos. Estos elementos se conjugan en The Tiger Lillies Perform Hamlet, obra protagonizada por la banda británica The Tiger Lillies junto a la compañía teatral Republique, de Copenhague, que inauguró la undécima edición del Festival Internacional de Buenos Aires. La maratón de artes escénicas copará la ciudad hasta el próximo 21 de octubre, organizada por el Ministerio de Cultura porteño.

El espectáculo elegido para la primera noche ofrece un abordaje atípico del clásico texto de Shakespeare: tres músicos en escena con el rostro blanco y aires circenses hacen sonar el acordeón, la batería, la guitarra, el piano, el contrabajo e instrumentos de percusión. El escenario luce despojado, tan sólo una gran pared con agujeros, ventanas y puertas por la que asoman otras caras. Y el director musical de la banda, Martyn Jaques, de voz aguda e hipnótica, acordeón en mano, abriendo la función, preguntándose sobre el sentido de la vida mientras las caras, cual marionetas, se recortan por detrás, en el muro. Pronto aparece Hamlet, el príncipe atormentado por el súbito casamiento de su madre la reina, con su tío, el hermano de su padre. La escena del espectro del rey muerto hablando a su hijo está muy bien lograda: la melodía del piano acompaña la voz en off del padre asesinado por su propio hermano en complicidad con su mujer, mientas se forma una misteriosa imagen proyectada sobre los cuerpos de los actores. Como una voz inmaterial que surge en la oscuridad develando la tragedia. La acción avanza entre escenas musicales, canciones, actuaciones en las que prima el texto y otras en la que irrumpe la fuerza de lo visual. Son sólo cinco actores y tres músicos que desplazan la trama a un universo sintético y ensoñado. Prácticamente no hay escenografía, con excepción de esa pared que permite efectos y situaciones, y que iluminada de formas y colores diferentes adquiere distintos sentidos. Los efectos visuales y el humor negro son protagonistas: un banquete suspendido en el aire, un encuentro aéreo entre Hamlet y Ofelia, los personajes enfermos de poder como marionetas manejadas por hilos, y la voz de Martyn Jaques como la conciencia que dice: “Para el poder somos putas”.

La música pasa por distintos climas, aunque suele volver al ritmo sinuoso y circular del circo, del acordeón. Por momentos se torna más áspera, por otros el piano suave acompaña el desvelo y las reflexiones del príncipe, pero hay un regreso a la musicalidad del circo, acaso como metáfora del encierro del que no se podrá salir. También hay imágenes congeladas, como fotos con flash que fijan momentos. En el intervalo, antes de arrancar la segunda parte, el actor que encarna a Hamlet avanza desde el fondo de la platea, saludando, haciendo bromas con el público. Así como hay escenas muy bellas en las que la música suele estar presente, hay otras en que la acción decae y no logra transmitir tanto, como cuando el protagonista es suspendido en el aires mientras los demás agitan debajo una gran tela o la escena de la pelea corporal en cámara lenta. Y esto dificulta que el ritmo se mantenga, por más que la historia original haya sido condensada. Así como la música de la banda inglesa, que suena de maravillas, vuelve una y otra vez sobre ciertos acordes, la atención –que sufre altibajos– se recupera cuando la magia visual vuelve a atrapar al espectador.

El sábado 7 a las 12 horas se realizará en la sala Martín Coronado del Teatro San Martín, con entrada libre y gratuita, un encuentro para analizar los aspectos escenográficos, lumínicos y de vestuario de esta obra, una iniciativa del festival junto a la Asociación de Diseñadores Escénicos de Argentina. El mismo día a las 15 será la última función.

8 - The Tiger Lillies 

Perform Hamlet

Autor: William Shakespeare.

Compañía: Republique.

Dirección: Martin Tulinius.

Elenco: Caspar Phillipson, Andreane Leclerc, Charlotte Ulrika Engelkes, Zlatko Buric, Pelle Nordhøj Kann, Martyn Jaques, Adrian Stout, Jonas Geoffrey.

Música: The Tiger Lillies. Dirección. Musical: Martyn Jaques.

Diseño de iluminación: Adalsteinn Stefansson.

Diseño de sonido: Mikkel Secher Kroner.

Diseño de vestuario: Astrid Lynge Ottosen.

Duración: 145’.