Desde Santa Fe.

Los radicales del grupo Universidad que responden a José Corral y Mario Barletta terminaron de armar su partido muleto al que llamaron Frente Unidos ante lo que ya es un secreto a voces en la Casa Gris: que el gobernador Miguel Lifschitz unificará las elecciones de 2017 para elegir el mismo día concejales y diputados nacionales, aunque en diferentes urnas. Corral admitió el operativo en el que participaron varios de sus amigos, entre ellos el diputado provincial Alejandro Boscarol y el secretario general de la Municipalidad de Santa Fe, Carlos Pereira, pero le bajó el tono a las especulaciones sobre su futuro político y aclaró que él no prepara ninguna mudanza del Frente Progresista. "Yo presido el comité nacional de la UCR, no me voy a ir del radicalismo", explicó.

La oficialización del partido de Corral tuvo esta semana un volumen mediático que sorprendió a sus protagonistas. Quizás porque se olvida que el Frente Progresista también tiene su repuesto, que es el Frente para el Cambio, que utiliza como Plan B cuando la coalición radical socialista no se puede constituir en algún distrito o desacuerdan sus candidatos. "Esa herramienta electoral se utiliza desde hace quince años para que la gente pueda armar listas y presentarse a elecciones", recordó uno de los armadores políticos consultados por Rosario/12.

En cada elección, el Frente para el Cambio tiene la chance de postular unos 60 candidatos en lugares donde hubiera tironeos. Pero el problema ‑para Corral‑ es que su apoderado histórico, Mariano Romero Acuña, (quien ya asumió o está por asumir como secretario electoral de la provincia), hoy está cerca del vicegobernador y jefe del NEO, Carlos Fascendini y lejos de los radicales universitarios.

Ante esa situación y la posibilidad de que Corral y sus amigos necesitaran utilizar un muleto para presentar candidatos fuera de la alianza gobernante, como ya no tienen la misma relación política con Romero Acuña, decidieron oficializar otro partido provincial: el Frente Unidos. Pero "eso no quiere decir que nos vayamos del Frente Progresista", aclaró la fuente.

Los apoderados del muleto propusieron varios nombres ante la justicia electoral, entre ellos el Frente Unidos. Los otros eran Frente para Todos y Todos por el Cambio y alguna otra variante que facilite las alianzas con fuerzas vecinales y de distrito. La hipótesis es que si hay radicales o aliados que no quieran compartir listas con el Frente Progresista o con Cambiemos, como tampoco pueden utilizar la sigla de la UCR, podrían competir en las elecciones por Frente Unidos. "Es una herramienta política, nada más que eso, no hay que otras especulaciones", explicó.

Corral también le bajó el tono a la novedad, admitió estar al tanto del operativo que le encargó a Boscarol y a Pereira, pero aclaró que no mudaría de pertenencia política. "Yo soy radical, presido el comité nacional de la UCR, voy a trabajar para mi partido".

‑¿Es cierto que está organizando este partido Unidos? ‑insistió un colega.

‑Me dicen que en la justicia electoral se han presentado éste y otros partidos. Son diferentes grupos que tienen el derecho a hacerlo y cumplir con esa facultad que les da la ley ‑respondió.

‑¿Usted no va a participar en ese sector?

‑No, yo soy radical. Hace muchos años que estoy en mi partido y seguiré estando en él.

Corral insistió en que las elecciones de concejales y diputados nacionales en 2017 deberían ser separadas, aunque Lifschiz ya decidió unificarlas. "Deberían ser en distintas fechas porque nos permitiría separar las cuestiones locales de las nacionales. Ya hemos dicho que a nivel nacional el radicalismo está en Cambiemos, y más allá de que sean separadas o conjuntas, en la elección de diputados nacionales el radicalismo va a integrar una lista con las otras fuerzas que componen Cambiemos", concluyó.