Las especialistas dicen que la intervención de la ley y el hecho de que la víctima disponga de información pueden ser claves para cambiar la situación. “Hay algunos victimarios a los que saberse observados por la Justicia los atemoriza lo suficiente para contenerse”, explica la psicóloga Salguero. La trabajadora social Ochoa recuerda que alguna vez una mujer le contó lo poderosa que había sido, para cambiar el equilibrio de poder, una frase: “la jueza te dijo que vos no me podés levantar la voz”. 

“La información pasa a tener un lugar preponderante, sobre todo a través del uso. No es lo mismo una mujer sometida que una mujer informada. No es lo mismo una mujer que ha sido toda su vida pasiva que una mujer que hoy le dice ‘ya sé cómo llegar a Tribunales’. Por ahí son herramientas absolutamente cotidianas que vos las personas que trabajamos en esto las tenemos naturalizadas, pero en esas relaciones asimétricas pueden posicionar a las víctimas en otro lugar. Se habla mucho de las penas, pero ¿se necesitan más penas? No, se precisa que se apliquen los dispositivos. En la práctica se ve que, cuando se ponen en marcha hasta simbólicamente, cambian la correlación de fuerzas”, advirte Derdoy.