Manifestantes de ultraderecha y antiinmigrantes se enfrentaron con la policía, quemaron vehículos y saquearon tiendas en Dublín después de un ataque con cuchillo ante una escuela con tres niños heridos que, según las autoridades, no tuvo un móvil "terrorista". Las violentas protestas se basaron en los rumores sobre la nacionalidad presuntamente extranjera del atacante.

Agentes de policía con material antidisturbios montaban guardia en las calles de la capital irlandesa ante una multitud que les lanzaba cánticos y encendía fuegos artificiales. Un auto de la policía y un autobús fueron incendiados cerca del río Liffey, que cruza la ciudad, mientras los manifestantes saqueaban las tiendas de una de las principales arterias comerciales de Dublín.

La noche finalmente trajo calma a las calles de la capital tras unas escenas de "brutalidad gratuita", según el comisario jefe Patrick McMenamin, quien dijo que no hubo heridos graves de ningún lado en los altercados.

Los disturbios, los peores en Dublín en años, tuvieron lugar después de un ataque con cuchillo en el que una niña de cinco años y una mujer joven resultaron gravemente heridas. Otros dos niños y un adulto, que en principio es el atacante, también fueron llevados al hospital después del incidente.

El comisario Drew Harris atribuyó los incidentes a una "facción de ultras locos movidos por una ideología de extrema derecha". El agente advirtió contra la "desinformación" después de que circularan rumores en redes sociales sobre la nacionalidad del atacante.

Después del ataque, cientos de participantes se concentraron en un barrio con numerosa población inmigrante con banderas nacionales y pancartas que rezaban "Irish Lives Matter" (Las vidas de los irlandeses importan). Un individuo implicado en los altercados dijo a la agencia AFP: "Los irlandeses están siendo atacados por esta escoria".

Irlanda se enfrenta a una crisis crónica de vivienda con un déficit de miles de hogares para la población, según las estimaciones del gobierno. Este extendido malestar alimentó un sentimiento de rechazo a los inmigrantes promovido por figuras de extrema derecha que aseguran que "Irlanda está llena".