Abelardo Castillo supo moverse por todos los géneros literarios con gran destreza. No sólo fue uno de los principales exponentes del cuento latinoamericano, autor de novelas brillantes y fundador de históricas revistas como El Grillo de Papel, El Escarabajo de Oro o El Ornitorrinco sino que además dejó una producción en el campo de la dramaturgia. 

Seix Barral edita Teatro reunido, que incluye Israfel y otras de sus obras. En los 60 imperaba el registro costumbrista y la preocupación por la alienación de la clase media; mientras tanto, un Castillo veinteañero imaginaba a "un Edgar Allan Poe tambaleante de taberna en taberna" y decidió escribir un parlamento para esas escenas. 

Tal como sostiene Mauricio Kartun, "escribiendo a contrapelo creaba un clásico". Daniel Marcove, director de una puesta reciente en el CCC, decía a este diario: "En Israfel (Castillo) crea un universo nuevo, totalmente diferente al teatro que se hacía entonces, con personajes hablando en un living. Abelardo se identificaba con Poe".