El presidente venezolano Nicolás Maduro afirmó, poco antes de que cerraran los centros de votación, que el proceso electoral fue “un éxito total” y un “triunfo total de la democracia”. Sostuvo, sin dar datos, que el nivel de participación de los ciudadanos fue “muy superior al de 2012”, cuando se efectuaron las anteriores elecciones de gobernadores.

Por su parte, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, aseguró que 99,92 por ciento de las mesas de votación estuvieron abiertas y funcionando con normalidad desde la mañana. Agregó que el trámite electoral se realizaba con tanta fluidez que cada ciudadano demoraba “apenas segundos” en cumplirlo.

Sin embargo, varios dirigentes opositores denunciaron el cierre de mesas de votación, cortes de electricidad que afectaron el dispositivo electrónico con el que se cumplen los comicios -principalmente en el estado andino Táchira-, retrasos deliberados en el funcionamiento del sistema y la presencia de grupos de simpatizantes chavistas armados con la finalidad de amedrentar a los votantes opositores en varias zonas de Caracas.

El mayor incidente ocurrió en Mérida, la capital del estado andino homónimo, donde se hizo detonar una bomba de gas lacrimógeno dentro de un centro de votación. El hecho ocurrió alrededor de las 18.30 (las 19.30 en la Argentina), media hora después del horario programado para el cierre de las urnas pero el lugar seguía abierto porque aún había ciudadanos esperando para votar.

La extensión del tiempo para emitir el sufragio se repetía en numerosos locales de votación de todo el país, a tal punto que a las 19 ninguna autoridad había proclamado el cierre de las mesas. De todos modos, las dificultades fueron minimizadas por uno de los principales referentes de la oposición y presidente de la Asamblea Nacional (AN, parlamento), Julio Borges.

“Los problemas que habíamos tenido en la mañana han sido superados; la gente se ha volcado a la calle a votar; los incidentes son muy particulares, no masivos”, dijo el legislador, según consignó el diario El Nacional.

Por otra parte, el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, informó que solo se habían registrado 26 delitos electorales. “Es irrisorio decir que se han cometido 26 delitos electorales, por alguno que le dio por romper el papel o romper la máquina; no vale la pena mencionarlos porque el impacto es inocuo para lo que vemos en la calle, la voluntad de votar por la paz”, sostuvo el funcionario. Por esas causas, 15 personas fueron detenidas y la mayoría de ellas recuperó la libertad poco después, según reportó el director de la ONG Foro Penal Venezolano, Alfredo Romero, en su cuenta de Twitter.

Con 20 gobernaciones bajo control del oficialismo y sólo tres a manos de la oposición, el resultado tendrá un fuerte impacto en un país con una alta división política y un contexto económico adverso.

Si la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) obtiene se queda con un gran número de estados que estaban en manos del chavismo, romperá con el dominio que tiene la coalición gobernante en las regionales desde 2000. Por el lado del presidente Maduro, si logra mantener sus bastiones demostraría que su partido sigue siendo competitivo más allá del descontento hacia su gobierno.