En diciembre se estrenó “Mint Chocolate”, single en el que el colectivo musical 1999 Write The Future (apéndice del llamado “Disney del hip hop asiático”) tuvo como invitados a los raperos estadounidenses Westside Gunn y Conway the Machine, y al grupo canadiense de nü jazz Bad Bad Not Good. Esta asamblea de la música urbana se tornó en uno de los grandes aciertos de 2023, al mismo tiempo que dejó en evidencia el arrebato creativo, la influencia y el poder de gentrificación sonora de la terna de Toronto. Si bien ese identikit está a flor de fiel en sus recitales, en su último desembarco en Buenos Aires, en junio pasado en la Ciudad Cultural Konex, tuvieron un gesto inolvidable con el público argentino. Lo que devino en un acto reivindicativo para Luis Alberto Spinetta. Amén de regalo de cumpleaños adelantado, este martes que se celebra su natalicio y por ello el Día de la Persona Música.

Luego de que volviera a escena para el bis, uno de los artistas post 2000 más admirados tanto por el hip hop como el indie mundial desató la locura tras desenvainar los acordes seminales de “Alarma entre los ángeles”: canción de Invisible incluida en el álbum El jardín de los presentes (1976). Si buscaban una manera de tributar a uno de los grupos determinantes del Flaco, encontraron la más compleja. Y es que se trata del único tema no cantado del entonces cuarteto, consecuente con la estética sonora de la banda estadounidense. Pese a que suelen invitar a vocalistas a sus discos, su propuesta es básicamente instrumental. Lo curioso es que el mismo día del show, en medio de la prueba de sonido, tomaron la decisión de versionarlo. “No podía creerlo, porque ese tema no es fácil”, evoca Maxi Leivas, partícipe de la parte técnica del recital, organizado por la productora Indie Folks.

“Recuerdo que su sonidista me dijo: ‘Esto es una pavada'”, repasa Leivas. “Como sugiriendo que ellos se lo tocan todo’”. Este diario contactó a los integrantes de Bad Bad Not Good para recrear el momento. “Hace tiempo, en medio de una gira, nuestro técnico de sonido, Chris Koltay, nos mostró algo de música argentina, como Almendra e Invisible, y quedamos impresionados”, respondió el bajista Chester Hansen. “Todos nos sumergimos en el trabajo de Spinetta, Charly García y otros músicos increíbles de esa época. Alex (baterista de la banda) propuso hacer ‘Alarma entre los ángeles”, y Leland aceptó el reto de aprenderse esa melodía loca (el saxofonista, en este caso, se colgó la guitarra). Fue muy divertido tocarlo, y esperamos que la gente lo haya disfrutado. Argentina tiene una historia musical profunda. ¡Fue un verdadero honor tocar allí por tercera vez!”.

De la misma forma que el clan Spinetta, los miembros sobrevivientes de Invisible se enteraron de ese homenaje. “Hasta hace un tiempo, me sorprendía la revisión constante de Invisible. Hoy, ya no. Es como el juguete perfecto que te invita a jugar, pero también a tomarte el juego en serio”, le confiesa Pomo Lorenzo, baterista de Invisible, a Página/12. “Creo que ayuda mucho el paso del tiempo. Por un lado, porque sólo lo que posee calidad tiene posibilidades de trascender, y, por otro, porque es una obra concluida, que ya no puede sufrir ningún tipo de modificación. Además, para mí, es una de las etapas más brillantes de Luis. Todo eso le da una vigencia tal que lo convierte en un manual de instrucciones para músicos, cuando en verdad nosotros lo vivíamos como una etapa de imperfección constante. Quiero decir, no habíamos encontrado ninguna fórmula: sólo buscábamos experimentar”.

Quizá lo que no sabían los Bad Bad Not Good (son conocidos asimismo por sus iniciales BBNG) es que los extensos solos de “Alarma entre los ángeles” fueron registrados por el guitarrista Tomás Gubitsch a los 18 años de edad, en la que fue su primera grabación discográfica. Los respetaron a rajatabla, al igual que los seis minutos y medio de duración de ese acercamiento inicial de Spinetta hacia el jazz rock. Influenciado principalmente por la Mahavishnu Orchestra: uno de los artistas a los que estos flamantes treintañeros canadienses también acudieron al momento de darle forma a su último álbum de estudio, Talk Memory (2021). Esto quedó en evidencia especialmente en el track “Beside April”. “Nunca hicimos muchas canciones con riff, y estuvo bien crear una que tuviera tantos”, explicó el grupo. “Tuvo sentido lanzarla como corte promocional del álbum porque tiene una energía muy épica”.

Al revisitar la grabación del tema, Pomo advierte que no le trae ningún recuerdo en especial. “Tal vez intuir el fin de la banda”, se sincera quien está metido de lleno en la edición de material de Sr. Zutano, fugaz supergrupo que alimentó a Spinetta Jade. Sin embargo, añade: “‘Alarma entre los ángeles’ es como una pincelada de color instrumental del cuarteto, y la despedida del formato más puro y estable de trío, que es en verdad lo que era Invisible. Era un disco orquestal que preanunciaba lo que Luis ya tenía en mente. Yo siempre sostengo que el último disco de cualquier formación de Luis es en realidad el primero de la formación siguiente, porque su cabeza ya estaba un paso adelante. ‘Alarma…’, en un disco tan permeado por sonidos ajenos al rock, como los fuelles, por ejemplo, tiene su correlato en A 18’ del sol y en lo que para mí es la culminación de Invisible: Spinetta Jade”.

Amén de la infinidad de covers suyos registrados en distintos formatos y géneros, uno de los atractivos de la obra de Spinetta es su funcionalidad para con el hip hop y estilos afines, a partir del sample (herramienta de la que fue pionero en 1973, en Artaud, al mechar “She Loves You”, de The Beatles, en “A Starosta, el idiota”). El caso reciente es el de Bizarrap, que en octubre tomó prestado “A estos hombres tristes”, de Almendra”, para “Fruto”, tema firmado con Milo J. Flying Lotus, cuyo nombre es sinónimo de vanguardia en el hip hop global, apeló en 2012 por la misma canción para el track “Gone Fish”, de su alias Captain Murphy. En 2020, Eminem invocó al Flaco en el single “Stepdad”, donde usó un pasaje de “Amame Peteribí”, del disco Pescado 2 (1973). A Tribe Called Quest, Omar Rodríguez-López, Mustafá Yoda y los Kuryaki componen la lista de artistas que también lo samplearon.

“Nuestro rock tiene un caudal literario, musical e interpretativo enorme, digno de posicionarse a la par de los géneros tradicionales de nuestra música”, apunta el ganador (junto a Invisible) en 2023 del premio Gardel, en la categoría “Colección de catálogo”, por el disco En vivo Teatro Coliseo, 1975. “Hacíamos música influidos por Led Zeppelin, Black Sabbath o The Who, pero también a la par de ellos. Es decir, todos pertenecimos a una generación afortunada de impulsar y vivir los cambios culturales alrededor del mundo, y nos nutrimos de ese clima de época. No perdamos de vista que desde acá estábamos haciendo un aporte originalísimo que no debiera verse solamente como una consecuencia directa de la música anglosajona. Vaya como ejemplo Miguel Abuelo, que abrevaba en el folklore, y arrancó haciendo el primer disco de psicodelia argentina”.