La Cámara de Senadores iniciará a partir de esta elección una nueva etapa, marcada por la llegada de la líder de Unidad Ciudadana, Cristina Fernández de Kirchner, y el cambio en la integración de los distintos bloques. De mantenerse las tendencias actuales, Cambiemos ampliará su bancada aunque seguirá lejos de conseguir quórum propio de 37 legisladores. Necesitará, como hasta ahora, del acompañamiento de al menos un sector del peronismo para aprobar sus iniciativas. El otro punto clave del nuevo Senado es el reacomodamiento del bloque del PJ-FpV (hoy con 36 senadores y tres aliados) que preside Miguel Pichetto y que, todo indica, sufrirá a partir de diciembre dos transformaciones: Disminuirá su tamaño y, al mismo tiempo, se dividiría en dos. El kirchnerismo con CFK por un lado y el PJ más afín a la Casa Rosada, por el otro.  

A diferencia de la Cámara de Diputados, el Senado no se renueva por mitades si no por tercios. Cada dos años cambia 24 de 72 sus integrantes. Son los correspondientes a 8 de las 24 provincias, tres por cada una. Los distritos a los que le toca el recambio en este turno electoral son Buenos Aires, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, San Luis, San Juan y Santa Cruz. Por la forma en que se distribuyen las bancas –dos para la primera fuerza y una para la segunda–, el resultado de las PASO permitió anticipar con relativa certeza cómo quedará la Cámara, salvo en los casos de alta paridad. Ese caso es el de Buenos Aires, donde el interrogante principal está concentrado en si ingresará la macrista Gladys Gonzalez, segunda de Esteban Bullrich, o el peronista Jorge Taiana, compañero de CFK.

El PJ-FpV pone en juego 15 de sus 36 bancas. Ahora incorporaría sólo 7 u 8, quedando con 28 0 29 senadores. Sin embargo, la voluntad de Pichetto de excluir a la ex Presidenta con la excusa de que no se postuló formalmente con el sello del PJ amenaza con una ruptura. Cómo sería el reparto de aquella separación dependerá, en buena medida, del resultado bonaerense. 

No será fácil para Pichetto. Senadores como el formoseño José Mayans, con quien supo tener una muy buena relación, ahora hace casi dos meses que no se hablan. Mayans responde al gobernador Gildo Insfrán, fuertemente enfrentado a la Casa Rosada. Incluso la rionegrina Silvina García Larraburu, que ingresó al Senado de la mano de Pichetto hoy se debate entre la lealtad a quien le abrió las puertas de la Cámara Alta y la fuerte afinidad política que mantiene con CFK. 

La ex presidenta cuenta con una base de 10 senadores: la ingresante Ana Ianni (Santa Cruz), Anabel Fernández Sagasti (Mendoza), María Sacnún (Santa Fe), Ana Almirón (Corrientes), María Inés Pilatti Vergara (Chaco), Inés Blas (Catamarca), Marcelo Fuentes (Neuquén), Nancy González (Chubut). Ese número podría extenderse a 13 si se suma a García Larraburu y Mayans y María Teresa González, y a 14 si también ingresa Taiana. El acuerdo del kirchnerismo con el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, podría traducirse también en una alianza en el Senado con Adolfo Rodríguez Saá, que pelea hoy pelea su reelección. 

Un interrogante aparte es la situación de los pampeanos Daniel Lovera y Norma Durango. Su gobernador, Carlos Verna, se encuentra enfrentado, al igual que Insfrán, con el Gobierno Nacional. Eso podría implicar un conflicto ante la postura “dialoguista” de Pichetto.

En este contexto, el rionegrino tendrá que salir a buscar entre los peronistas que hoy no integran su bloque para poder mantenerse como primera minoría, por encima de Cambiemos. Sus apoyos sumarían 18. En su wishlist (lista de deseos) está la idea de acercar, por ejemplo, al ex presidente Carlos Menem. Sin la presencia del kirchnerismo en la mesa, podría también arrimarse al cordobés, Carlos Caserio, que responde a José Manuel De la Sota y el gobernador Juan Schiaretti. Lo mismo ocurre con el chubutense Alfredo Luenzo, alineado con el gobernador Mario Das Neves y la salteña María Fiore Viñuales. También otros peronistas históricos como el santafecino Carlos Reutemann o el salteño Juan Carlos Romero, cercanos al macrismo.

En este escenario complejo, la situación de Cambiemos es más clara. Un poco. El interbloque tiene ahora 15 miembros: 6 del Frente PRO (integrado por tres macristas “puros” y tres aliados), 8 de la UCR y 1 del Frente Cívico y Social de Catamarca, aliado histórico del radicalismo. El macrismo no arriesga ningún senador mientras que sumaría 4 “puros” y 2 aliados: Esteban Bullrich y Gladys González (a confirmar) por Buenos Aires, Gabriela Fernández Riollo por San Luis y Humberto Schiavoni por Misiones. Los aliados son el peronista sanjuanino Roberto Basualdo y el ex gobernador puntano Claudio Poggi. El Frente PRO quedaría así con 12 bancas.

La UCR pone en juego 3 de sus 8 bancas: las de Luis Naidenoff (Formosa), Silvia Giacoppo (Jujuy) y Alfredo Martínez (Santa Cruz). Entrarían 6: Naidenoff, Giacoppo, Mario Fiad (Jujuy), Julio Martínez (La Rioja), Eduardo Costa y María Belén Tapia (Santa Cruz). Sumado a su aliado catamarqueño, Oscar Castillo, quedarán con 12 integrantes. Entre macristas y radicales acumulan 24 bancas. Juntos se entusiasman con la posibilidad de que la fragmentación peronista-kirchnerista los deje en condiciones de ser la primera minoría.