“Para mí el tango no es un museo, siempre está evolucionando”, señala la DJ y artista floral alemana Mona Isabelle, una de las figuras invitadas a la tercera edición del Festival de Electrotango de Buenos Aires, que se realizará del viernes 16 al domingo en Woki Toki (Tacuarí 905) con la presencia de decenas de artistas nacionales e internacionales. Esta edición del encuentro contará con dos pistas paralelas donde alternarán DJs, bandas y performances vinculadas al electrotango y otras corrientes vanguardistas del género. 

Isabelle es una estrella recurrente del encuentro y es una de las principales referentes del tango electrónico en Europa. En Berlín lleva casi 25 años organizando la milonga TangoLoft, además de festivales y eventos especiales. La escena porteña, cree, no es tan amplia como la europea, pero asegura a Página/12 que la presencia continuada del Festival puede hacer crecer al público y el circuito local. Para muchas de las bandas argentinas que pasan por Alemania, su espacio es una parada insustituible. Y ese lugar tan particular le da una perspectiva única del género.

-¿Qué encontrás en el tango electrónico que no ves en el tradicional?

-Creo que el tango electrónico me da la oportunidad de inventarme más. Me gusta mucho el tradicional, pero ya está en una caja y tiene reglas fijas, y la música siempre queda igual, no cambia mucho. En el tango electrónico siento que hay más estilos diferentes y más para explorar, ¿Cómo puedo bailar este paso? En el tango tradicional siempre es “esto tiene que ser así”, ¿viste?

-¿Cómo es la escena allá?

-Es muy grande en Europa, especialmente en Alemania, tal vez porque Berlín está muy dedicado a la música electrónica en general, hay tantos clubes electrónicos... La escena es mucho más grande que en Buenos Aires, hay festivales y milongas especialmente dedicadas al tango electrónico, y también hay mucha gente que lo baila, o baila tango nuevo, lo que hacen los artistas de Buenos Aires en el Festival.

-¿Hay una escena separada entre el tradicional y el electrotango?

-Bueno, lo que yo desearía para ese tipo de música es que haya más bailarines que muestren y enseñen cómo bailar este tipo de música. Porque recuerdo que hace 20 años cuando había todo este movimiento electrónico con Narcotango, Otros Aires, Bajofondo, había muchos bailarines como Chico Frúmboli o María Eugenia en los festivales y les mostraban a la gente cómo bailar. Ahora es un poco difícil para mí ver a estos bailarines, que son un poco modelos de conducta, ¿no? Ellos se volvieron más conservadores. Por ejemplo, yo organizo muchas fiestas y el espíritu de TangoLoft está dedicado al nuevo tango. Y tengo que decir que siempre es difícil para mí encontrar maestros que enseñen este estilo de música, cómo interpretarla. Hay algunos, pero no muchos.

-Hay muchos músicos componiendo. ¿Por qué creés que en cambio los bailarines se volvieron tan conservadores?

-No lo sé. Pero si yo fuese bailarina de escenario o maestra de danza me sería increíble crear algo nuevo. Y siempre que voy a ver a estos maestros me pregunto, ¿dónde está lo nuevo que me inspira? Especialmente después de tantos años de dedicarme a esto.

-¿El tango electrónico o el tango nuevo se baila distinto?

-¡Sí! Por ejemplo, no hay reglas fijadas ya sobre cómo bailarlo, y todavía hay más margen para la invención que en el tradicional. También veo un abrazo más abierto, y por momentos puede ser más rítmico, con algunos elementos de jazz, de hip hop. Para mí es más divertido justamente porque no tiene estas reglas fijas.

-Cuando uno rompe con estas reglas una mirada tradicional puede preguntar, ¿y cómo sigue siendo tango?

-Yo creo que los artistas en el tango podemos romper la caja en la que nos meten y hacer nuestras propias reglas. Para mí, si el público que viene a mi milonga está bailando y pasando un buen momento, entonces hago las cosas bien. Y si alguien analiza y dice que no fue tango, bueno, que le digan como quieran. Yo creé algo nuevo e hice a todos los bailarines felices.

Mapping, DJs y una escena que se consolida

“Llegar a esta tercera edición del Festival confirma la gran necesidad de trabajo colectivo y de unión de fuerzas que hay entre los artistas, DJs, bailarines, performers, artistas visuales, emprendedores, y todo un montón de gente que trabaja y está esperando este festival como un evento en donde poder expresar un montón de cosas”, analiza Fran Borra, uno de los organizadores del Festival de Electrotango de Buenos Aires y referente de Tangorra. “El tango de hoy quizás es de los más demostrativos y más holísticos que hemos tenido y creo que esa es su principal diferencia con todos los otros momentos que ha tenido el género. Hoy en día, por suerte, la cultura del tango se ha expandido tanto que el electro-tango es una forma natural de abordar la música que nos rodea e incorporarla en esta cotidianidad que es nuestra, de la ciudad de Buenos Aires, y que tanta gente de otros lados se hace eco”.

Hasta el año pasado, el Festival se realizaba en Galpón B. Pero cuestiones de agenda llevaron la actividad a Woki Toki, en San Telmo, y ello habilitó a la organización la celebración de pistas paralelas, dictar los talleres y clases especializadas en el mismo espacio.

Para Borra, el Festival también oficia de estímulo, impulsando a los artistas locales a pensar sets y nuevo material especialmente para la ocasión. Por ejemplo, el músico y arquitecto Miguel di Genova –fundador de Otros Aires- llevará al encuentro un show de mapping pensado especialmente para la ocasión, adaptado al espacio de Woki Toki. “El hecho de poder presentar material nuevo para estar actualizado y entrar en una grilla creo que le hace muy bien a todo el tango en general”, considera Borra. “Por ejemplo, lo de Miguel viniendo al Festival con este show único e inmersivo de visuales de tango es un gesto enorme”.