Un déjà vu de hace 35 años asaltó ayer al final del mediodía a los mozos y a los comensales que estiraban la sobremesa en el restaurante Sunderland, sobre avenida Belgrano al 2000: el fuego, otra vez. Pero esta vez no pasó a mayores aunque sí causó estupor y la noticia corrió como reguero. 

"Incendio en el Sunderland" se hizo viral en redes sobre fotos impactantes de sillas y mesas prendidas fuego, y una nube de humo que dominó todo el bajo de la barranca, frente al puerto. No hubo heridos, mas que un cocinero que recibió algo de oxígeno por demasiada inhalación de humo. Pero fue el propio personal del establecimiento el que evacuó de inmediato el salón.

Los testimonios recabados coincidieron en señalar un equipo de aire acondicionado como el origen de las llamas. Un comensal, sentado debajo del soplador principal del sistema de climatización, observó que empezó a asomar una llamarada. Y cundió el alerta. "Los empleados salieron enseguida con los extintores, pudieron controlarlo ellos nomás, y los clientes salimos enseguida. Fue un susto nomás", minimizó el hombre.

Eran pocas las mesas ocupadas en el mediodía del lunes. Por eso la situación se manejó con calma, dentro de todo, contaron los testigos. "El fuego empezó en una toma del aire acondicionado. Afectó bastante las paredes y el mobiliario, pero lo controlamos bastante rápido. Todos pudieron salir y nadie lastimado", valoró un mozo.

Cuando los trabajadores estaban en plena faena de matafuegos y baldazos de agua llegaron las primeras dotaciones de Bomberos Zapadores, y entonces acabaron por sofocar el foco ígneo y lo que se había propagado sobre el revestimiento de una pared, pizarras, asientos tapizados y las sillas clásicas de madera.

Para las tres de la tarde, el incendio había sido extinguido y solo quedaban los bomberos recogiendo mangueras del interior del local, entre el humo y el río de agua que salía por la puerta con restos chamuscados.

Tras el incidente registrado en el local de avenida Belgrano 2010, fue inevitable evocar el mayor antecedente que registra ese restaurante. Fue en 1989 cuando otro incendio devastó el lugar e inscribió un momento de la historiografía rosarina. 

Es que ese restaurante que comenzó en 1930 como boliche y proveeduría para los marineros que atracaban en el puerto, se hizo un clásico de la ciudad. Fueron dos inmigrantes españoles, Severino y José María Cal, quienes lo fundaron. Todavía en la versión actual se conserva pintada en letras blancas sobre pared terracota la leyenda "Minutas a todas horas", que hizo fama por aquellos años.

Acaso por su ubicación retirada del centro, la tranquilidad del lugar que invita a sobremesas conversadas, y hasta el piano que supo amenizar tantas veladas, fue el paso obligado de numerosas personalidades de todo palo, música, teatro, política. Desde Carlos Gardel o Joan Manuel Serrat, la mayoría de las figuras que pasaron por Rosario recalaban en el Sunderland después de trabajar. Pero también sus mesas cobijaron historia más singular y local, como los cumpleaños del Negro Fontanarrosa, y las primeras reuniones de la Sociedad Escabiológica, un espacio célebre de los amantes del buen vino.

Aquel incendio de hace 35 años fue un duro golpe para el restaurante, y la crisis de 2001 acabó por hacerlo claudicar. Por entonces cerró las puertas y fue en 2012 cuando el empresario Claudio Tedeschi lo relanzó, con su misma y clásica impronta, a instancias del chef, hoy fallecido, Damián Delorenzi.

En enero de 2022 también el Sunderland vio el fuego de cerca, cuando alguien quemó el pastizal de la barranca y otra vez fueron los mozos y cocineros quienes apagaron las llamas.