En una homilía pronunciada en la catedral metropolitana durante una misa con ocasión del “Día del veterano y de los caídos en la guerra de Malvinas”, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, hizo una enérgica reafirmación de la soberanía argentina sobre las islas y terminó su intervención con la exclamación “¡Malvinas, por siempre argentinas!”. A la ceremonia asistió la canciller Diana Mondino, excombatientes de la guerra del Atlántico sur y familiares.
Después de una introducción en la que pidió “seamos valientes, no tengamos miedo a llorar” porque Jesús también lo hizo, el arzobispo se preguntó “Argentina ¿por qué lloras?”. Según García Cuerva “lloramos porque nos duelen los 649 combatientes fallecidos y más de mil heridos; lloramos porque nos duele la guerra, nos duele el olvido, nos duele la utilización ideologista de la causa Malvinas”. Y abundó en el tema señalando que “lloramos tantas promesas incumplidas; lloramos fracasos y frustraciones; lloramos también los muertos de la pandemia; lloramos de dolor; lloramos de tristeza y también lloramos de bronca porque nos duele la Patria”.
En la misma línea de pensamiento el arzobispo porteño recordó que el papa Francisco, hablando con un presidente europeo en el 2020, afirmó que “es muy triste cuando las ideologías se apoderan de la interpretación de una nación, de un país, y desfiguran la patria”.
En otro momento de su homilía el arzobispo García Cuerva sostuvo que “para nosotros volver a hacer memoria de las Malvinas es fuente de esperanza y regocijo, de orgullo, de heroísmo y de soberanía”. Porque, dijo, “decir Malvinas es decir identidad nacional, es decir Patria, es decir historia, presente y futuro, es decir fraternidad porque la causa de Malvinas nos une”.
Finalmente el arzobispo pidió “que nuestras lágrimas y la sangre de nuestros héroes fecunden nuestra amada Argentina para que, de una vez y para siempre, germinen frutos de solidaridad, justicia y paz para todos sus habitantes”.