La vicepresidenta Victoria Villarruel será una asombrosa invitada especial del acto-desayuno que realizará la DAIA, el lunes próximo, 8 de abril, en el Hotel Alvear, por el Día Internacional de la Mujer. Conscientemente o no, la DAIA puede así terminar comprometida en la caliente interna oficial, entre el presidente y el vicepresidente. Más todavía cuando la cuestión de los derechos de la mujer es una temática no sólo ajena a Villarruel sino contraria a sus posturas, alineadas con la corriente católica más conservadora: el lefebvrismo. Por lo general, considera que cualquier idea vecina al feminismo es producto de la izquierda o el progresismo. Las versiones que surgen de la conducción de la entidad judía es que “la vicepresidenta pidió ser invitada”, “que no es seguro que hable en el acto”, “que es una cuestión institucional”. En todo caso, lo que parece evidente es que Villarruel tiene su propia agenda, diferenciada de la de Javier Milei, y busca acercamientos distintos. La vicepresidente estará en el acto de la DAIA y, al día siguiente, el presidente viaja a Miami para recibir un reconocimiento de poco relieve, Embajador Internacional de la Luz, otorgado por Jabad Lubavitch, corriente ortodoxa del judaísmo. Cada uno por su lado. Más allá de las internas, es seguro que una parte importante de la comunidad judía rechazará la presencia de quien reivindica las violaciones de derechos humanos de la dictadura. 

Invitada, sólo invitada y tal vez oradora

La invitación dice “Día Internacional de la Mujer. Desafíos 2024. Nuestra solidaridad con el Estado de Israel contra la violencia desatada hacia la mujer”. Lunes 8 de abril. 9.30 Hotel Alvear”. Hasta ahora, no hay mención a la presencia de la vicepresidenta en el principal canal de comunicación de la entidad, la cuenta de X (antes Twitter). No obstante, este diario confirmó que Villarruel estará el lunes en el acto. De ahí en más, se dividen las versiones. Una sostiene que será la principal oradora, en cambio otras fuentes señalan que sólo está invitada. Por lo general, la fórmula es que cuando la vicepresidenta está en el lugar, se la invitará a hablar.

Resulta difícil explicar por qué se hace el desayuno por el Día Internacional de la Mujer el 8 de abril, cuando la fecha es el 8 de marzo, incluso en Israel. Pero lo cierto es que en años anteriores también hubo actos de la DAIA en una fecha disímil a la internacional: a veces el 8 de abril (2020), a veces el 8 de marzo (2019).

El reino de las internas I

Como se sabe, la interna entre Milei y Villarruel es a cielo abierto, pública, aunque de vez en cuando transiten juntos, como en el acto de la mañana del 2 de abril. Después, hubo rancho aparte. La vicepresidenta se ausentó del acto encabezado por Karina Milei en la Casa Rosada y de la misa en la Catedral realizada en la tarde del martes. Villarruel, por las suyas, organizó un cronograma de reconocimientos en el Senado a lo largo de toda la semana. En este tema, como en muchos otros, el dúo que encabeza el Ejecutivo mantiene enormes diferencias. El reivindica a Margaret Thatcher, ella proviene de una familia de veteranos de Malvinas.

De todas maneras, el tema de fondo es que Milei cree que Villarruel protagoniza, junto con Mauricio Macri, una especie de acuerdo a la espera de que las cosas le vayan mal, con la perspectiva de hacerse cargo del gobierno. Eso los pone en veredas muy distintas y explica que Milei haya optado por darle el poder en los ministerios de Seguridad y Defensa a Patricia Bullrich, no a Villarruel, como había prometido durante toda la campaña electoral.

Con andariveles distintos, se ve que Villarruel jugó sus cartas para vincularse a la DAIA, algo que quedaría todavía más evidenciado si es cierto que ella hizo gestiones para ser la invitada central en el desayuno-acto del lunes. Del otro lado, hay una foto que pudo haber sido casual, pero pocos creen que sea casual. No muchos recuerdan que, tras el triunfo de Milei, hubo una llamativa visita al Hotel Libertador: fueron a saludar al presidente electo el embajador de Israel en la Argentina, Eyal Sela, y el presidente de la AMIA, la mutual judía, Amos Linetzky. En la foto faltó -no concurrió- el titular de la DAIA, Jorge Knoblovits, quien tiene mandato hasta este fin de año y no renovará su presidencia.

Sea como sea, el lunes seguro que Javier y Karina Milei registrarán que su adversaria interna, la vicepresidenta, tendrá un sitial de honor en un evento organizado por la DAIA.

El reino de las internas 2

No deja de asombrar que la vicepresidenta sea protagonista de un evento por el Día Internacional de la Mujer, algo que le es ajeno, como ajenas son buena parte de las reivindicaciones tradicionales del 8 de marzo. Villarruel nunca habló de igual trabajo, igual salario, o cualquiera de las reivindicaciones del feminismo. Y, además, es enemiga de la despenalización del aborto -considera el aborto un crimen- y de la Educación Sexual Integral (ESI).

Es más, en octubre de 2023, la periodista Ivy Cángaro, en el sitio Data Clave, hizo un detallado relato de “la militancia lefebvrista” de Villarruel, en referencia al obispo Marcel Lefebvre, quien tras el Concilio Vaticano II, rechazó la autoridad papal, entre otras cosas por el pedido de perdón al pueblo judío por haber expandido la teoría del deicidio, por la eliminación de la misa en latín, el vínculo con otras religiones -la única y verdadera religión es la católica- y por el reconocimiento del Vaticano del Holocausto. Como es obvio, el lefebvrismo -como corriente más que conservadora- es opuesta a las reivindicaciones del feminismo.

Pero hay una segunda cuestión planteada en la actualidad y que está relacionada con el conflicto entre Israel y Gaza, tras la masacre perpetrada por Hamás el 7 de octubre. El tema está planteado como subtítulo de la invitación del lunes próximo: "nuestra solidaridad con el Estado de Israel contra la violencia desatada hacia la mujer".  El oficialismo de la comunidad judía cuestiona al feminismo a nivel internacional porque, según ellos, no puso el énfasis necesario en la denuncia de las violaciones y ultrajes de Hamás a las mujeres secuestradas en octubre: acusan al progresismo de doble vara. En esa línea, Villarruel está de su parte, siempre condenó a Hamás y emparentó a esa organización con las agrupaciones guerrilleras argentinas de los años 70, tratando de justificar las violaciones a los derechos humanos de los militares. Del otro lado, en el debate internacional, buena parte de los voceros del progresismo son muy críticos con la reacción de Israel ante los ataques sufridos, y ponen el acento en los bombardeos indiscriminados y la masacre de civiles palestinos. Ese debate, es posible que también esté planteado en el acto del lunes, con la vicepresidenta en sintonía con la consigna de la DAIA.

Un viaje y otras internas

Dos días después del desayuno por el Día de la Mujer, el miércoles 10, Milei estará en un centro judío de Miami, en Bal Harbour, recibiendo una distinción otorgada por ese centro de la comunidad Jabad Lubavitch, una de las corrientes ortodoxas del judaísmo. El viaje no se puede entender por el reconocimiento, Embajador internacional de la Luz, un premio sin renombre y que no fue entregado a ningún otro mandatario. Por lo tanto, la excursión sólo tiene sentido a la luz de la decisión del presidente de alinearse con Estados Unidos, Israel y, en cierta medida, con Donald Trump: la comunidad de Bal Harbour no es oficialmente trumpista, pero sus miembros votan en forma masiva al expresidente.

Quienes observan a la comunidad judía argentina sostienen que no hay interna entre la DAIA y Jabad Lubavitch y sólo existen muy leves tensiones entre Jabad y el rabino Axel Wahnish, sefaradí, de la comunidad marroquí, originadas en que son corrientes religiosas distintas. Aún así, Wahnish acompañará a Milei a Miami, como en su momento lo acompañó a la tumba del rabino Menachem Mendel Scheerson, en Nueva York.

La vicepresidenta Villarruel está muy lejos de ese acercamiento de Milei al judaísmo. Se quedará en Buenos Aires y, como es lógico, esas 72 horas será la presidenta a cargo.