“Vivimos en un modelo patriarcal que ahora está siendo tematizado y cuestionado, pero la voz de las mujeres ha sido históricamente silenciada”, recalca Natalia Marcet, una de las organizadoras del encuentro “Mujer teatro voz”, cuya quinta edición comienza hoy y abarca espectáculos, seminarios, conferencias, mesas, performances y demostraciones. Con la participación de artistas de Dinamarca, Francia, España, Taiwán, Australia, Brasil, Chile y la Argentina, el evento organizado por la red Magdalena 2ª Generación se propone difundir y fomentar el trabajo escénico de creadoras que abordan problemáticas sociales, especialmente de género, como trata de personas, trastornos alimenticios, inmigración forzada y abuso sexual, entre otros.

Inspirada en un modelo europeo, Magdalena 2° Generación es una red latinoamericana que desde fines de los noventa busca articular y alentar el trabajo de mujeres artistas; para ello desarrolla encuentros interdisciplinarios, proyectos interculturales y programas de capacitación. “Uno de los cuestionamientos centrales de la red europea era: ¿qué pasa que las mujeres somos las actrices o cantantes, y nunca ocupamos roles como directora o dramaturga, generalmente atribuidos al varón? Es constitutivo de Magdalena cuestionar la distribución de roles estereotipados por el género en la práctica, además de aportar a la visibilización de las mujeres en temáticas que nos importan”, explica Marcet a PáginaI12.

“Las artistas de la red buscamos un equilibrio entre ética y estética. Miramos un mundo que cada vez nos da menos espacio. Esto es esencial. Las temáticas, como la desaparición forzada, el abuso sexual, el cuestionamiento del modelo patriarcal, tienen que ver con patologías que emergen de una sociedad que da a la mujer cada vez menos espacio. Y nosotras, con este encuentro, damos espacio a estas voces acalladas. Es política nuestra forma de hacer teatro. Toda acción humana lo es”, se explaya la actriz, que estará presentando su espectáculo autobiográfico Gordas, acerca de los trastornos alimenticios que padeció, estrenado años atrás.

No todas las obras que se verán recorrerán biografías. “Pero sí ha aparecido una necesidad de contar ciertas cosas que provienen del ‘yo’ íntimo, y que parecieran impactar en el ‘yo’ universal. Eso es algo de lo teatral. Cuando empecé a hacer este trabajo, recién recuperada de mi adicción a la comida, mi directora me preguntó: ‘Natalia, ¿no creés que esto que te pasó les pasa a muchas mujeres que no lo pueden decir?’ Y así me quité de encima la preocupación de hablar solamente de mí misma. Lo que me pasó les pasa a muchas mujeres, que por vergüenza, pudor o lo que fuera, no lo pueden contar. Y está bueno dar lugar para que esto se vea. Nos alumbra la frase clásica del feminismo: lo personal es político.”

Este encuentro de mujeres de “distintos continentes y pertenecientes a distintas prácticas” se divide en dos etapas: desde hoy y hasta el martes, en Pan y Arte (Boedo 876), será la primera, y del 8 al 12 de noviembre, en Pinamar, la segunda. En ambos casos habrá seminarios, performances, mesas de reflexión y work in progress, aunque en Pinamar es un evento cerrado, con inscripción previa. En Buenos Aires, hoy es la inauguración con la muestra Mujeres, pájaros y soles, de Vivi Posincovich; el espectáculo Mutar en luz, de Blanca Rizzo, sobre la explotación sexual; e Ingue, de Yanina Frankel y con dirección de Darío Levin. Mañana será el turno de un espectáculo de la Compañía YinsPiração Poéticas Contemporâneas (Brasil), titulado El equilibrista; y de Gordas, de Marcet, con dirección de Ana Woolf. El sábado, con entrada gratuita, Ya-Ling Peng, de Taiwán, brindará una conferencia y performance; se presentarán Nina y Tamia (tejen luz), con dramaturgia y dirección de Arístides Vargas y Charo Francés, y Tout Moreau, con Eléonore Bovon, Brigitte Cirla y Marie Tournemouly (Francia). Isa Soares mostrará el domingo Tres marías, un solo de danza dedicado a las orixas femeninas. En tanto que a las 17 tendrá lugar la mesa Tejiendo redes. La jornada continuará con Lo que Shakespeare contó… y lo que no contó, conferencia performática de Lucia Sander (Brasil) y, nuevamente, con Tout Moreau.

La mesa “Los límites de lo imposible” abrirá la semana, el lunes a las 17, con invitadas de diferentes grupos. A las 19, Ciela Asad presentará Belleza y escándalo, sobre el abuso intrafamiliar; a las 21, Laura D’anna actuará en Me amé, no me di cuenta (el otro camino de Ofelia). El martes 7 a las 17.30 se desarrollará la performance Podemos hacerlo mejor, y a las 19 se verá la obra chilena Ina, de Verónica Moraga, con dirección de Josefina Báez, acerca de la maternidad y cómo influye en la relación de pareja. Finalmente, a las 21, será el cierre del festival con Semillas de memoria, obra que tiene un pie en la Argentina y otro en Dinamarca. Con texto y actuación de Woolf y dirección y dramaturgia de Julia Varley (del Odin Teatret), es definido como “un espectáculo sobre la ausencia de personas desaparecidas”.