Un dibujo vale más palabras. Está Felipe Pigna, historiador él, alzando su mano izquierda con los cinco dedos hacia arriba, como intentando redondear una idea relacionada con devenires histórico etílicos. También está Aldo Graziani, experto en vinos, acodado en la mesa e intentando interpretar lo que dice aquel. Y está Miguel Rep, el dibujante, revolviendo el tinto con un dedo dentro de la copa, mientras su otra mano activa la instantánea. Están los tres, al cabo, en una impecable caricatura que permite imaginar el banquete histórico Coperos, que este trío animará hoy a las 21 en Bebop Club (Moreno 364). “Los tres veníamos de hacer sendos libros sobre el vino: Pigna desde la historia, Aldo desde la puntuación de vinos, y yo desde el humor gráfico, en este caso relacionado con el mundo vitivinícola”, introduce Rep acerca de un amor en común hacia el líquido (y tinto) elemento que los unió para dar con este “trío inédito” (Rep dixit) a punto de poner en movimiento la imagen inicial.

“Esto surge básicamente de juntarnos como amigos y de compartir varias botellas, hasta que en un momento alguno dijo ‘hagamos algo con esto’. Con Miguel ya habíamos hecho cosas juntos cuando él presentó su libro de vinos y yo mi guía anual, y en esa oportunidad habíamos sentido una muy buena sinergia”, precisa Graziani, sobre los prolegómenos de esta original juntada que también incluirá comidas, música y catas. “Tengo entendido que Miguel y Felipe también han hecho cosas juntos en diferentes oportunidades, así que todo fue muy natural”, prosigue el experto somelier. En principio, Coperos implica un recorrido por la historia del vino desde épocas grecoromanas hasta la actualidad, bañado por anécdotas que tienen como protagonistas a personajes significativos de la historia mundial y argentina, y su relación con tal bebida. Por lo tanto, nobleza obliga, una palabra también puede valer más que mil dibujos. Y aquí entra en órbita la de Pigna. 

“Hablamos del origen del vino, de su paso tan importante por Grecia y Roma, y de su adopción por el cristianismo como la sangre de Cristo. Luego, hacemos hincapié en su llegada a América en el segundo viaje de Colón y de los curiosos inicios de la vitivinicultura en la Argentina. También hablo del rol central que le cupo a San Martín como difusor y promotor de la industria nacional, cuando redactó el primer proyecto de ley proteccionista en torno al vino y lo envió al Congreso de Tucumán a través de Godoy Cruz en 1816. Además, se trata el rol de Sarmiento promoviendo la llegada de cepas francesas como el Malbec”, ejemplifica el historiador, que solía cruzarse con los otros dos mosqueteros en eventos y bodegas de amigos en común. “Creo que el espectáculo quedó muy equilibrado y cada uno aporta desde lo que sabe, con el fin de que el público se lleve muchos conceptos valiosos en torno al vino, su disfrute y su historia”, remarca el también escritor y docente que, además de esta juntada puntual, se encuentra escribiendo el tomo dos del libro Mujeres tenían que ser, que abarca el período 1930-1983. 

Rep, en tanto, está trabajando en su libro definitivo sobre el Quijote, que cuenta con cuarenta dibujos nuevos, además de preparar un viaje por Centroamérica en carácter de dibujante de UNICEF. “Lo que hacemos en Coperos es abordar la historia mundial y local, el negocio del vino, el piripipi, el arte, el vino de mesa y el más caro, el catar, el maridaje... El mundo del vino es vastísimo, inacabable, y esta muy presente en nuestras vidas desde los primeros días hasta que somos seres sociales, hasta incluso para aquellos que reniegan de este elixir de los dioses”, sostiene el humorista gráfico, que sigue con sus tiras para PáginaI12 y su programa radial El holograma y la anchoa. “Coperos es una reunión de amigos con saberes distintos, con ganas de difundir el amor por esta bebida tan noble, desde la historia, la desmitificación, el deseo de contagiar todo aquello que produce ella en nuestra convivencia social, en el humor y en el arte. Creo que el ajuste de nuestras tres profesiones tan distintas encontró un blend armonioso en escena”, determina el dibujante. 

Graziani, por su parte, atraviesa sus días entre operaciones gastronómicas, y la publicación de algún escrito relacionado con el vino, como la guía que armó junto a su colega Valeria Mortara. “Es interesante que, a través de lo que hacemos, el espectador aprenda técnicas de degustación, acuerdos entre comidas y bebidas, tips a la hora de comprar alguna botella, con el agregado de Miguel, que hace una performance en vivo alucinante”, refrenda el catador. “Hay una química natural entre nosotros que abarca varios aspectos, desde humanos hasta culturales. Somos tres personas que la pasamos bien juntos cada vez que nos vemos. En mi caso, desde mi rol de comunicador del vino, que es a su vez mi profesión y mi pasión también. Orientar y acompañar al público acerca de cómo puede aprovechar mejor la oportunidad de comprar, o a qué hora ir a una vinoteca o un restaurante. En fin, tips de compras, aspectos básicos de la degustación y acuerdos entre comidas y vino proporcionados in situ, y un ambiente histórico y artístico. Nos divertimos, comemos rico y tomamos mejor”, concluye el experto vinero, acerca de otro de los aspectos centrales de esta tríada que, para sazonar el convite, transitará la noche acompañada por un pianista.