Desde Santiago

La semana pasada, en plena carrera electoral, la ahora ex candidata presidencial de la Democracia Cristiana, Carolina Goic, se cansó de los ataques provenientes de la derecha que acusaban a su familia de tener más miembros “apernados” (aferrados a puestos) en la administración pública. Incluso, el propio Sebastián Piñera, se sumó a estas declaraciones destempladas. Goic no aguantó más y recordó diversos episodios reñidos con la ley y la ética que han salpicado y enlodado al millonario empresario en las últimas décadas, pero que al parecer no han hecho mella en sus aspiraciones para llegar otra vez a La Moneda, tomando en cuenta la votación obtenida ayer.

El episodio más complejo que ha vivido Piñera tiene relación con el caso como el Banco de Talca; también la elusión de impuestos a través de empresas zombis, la utilización de información privilegiada en la compra de acciones de LAN y el enfrentamiento con la actual alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei en el llamado caso Kyoto, que terminó por sepultar su candidatura presidencial a mediados de los noventa.

“En nuestra familia siempre se ha fomentado el respeto por la ley, por nuestras obligaciones, pagar nuestros impuestos, no eludirnos con un resquicio. Nos enseñaron, además, ser respetuosos con nuestros semejantes, a jugarnos por quien necesita más… Resulta paradójico también que Sebastián Piñera utilice esta forma de referirse a otra candidata en Talca… los ciudadanos recuerdan con nostalgia el antiguo y querido Banco de Talca, que hoy no existe.”, dijo Goic.

Esta historia se remonta al 28 de agosto de 1982, cuando el juez Luis Correa Bulo ordenó el arresto de Sebastián Piñera por fraude contra el Banco de Talca. La orden sentenció que Piñera había sido autor de infracciones a la Ley General de Bancos, a la vez que era cómplice por cargos de estafa contra accionistas minoritarios.

Según la investigación, citada para esta crónica de un reportaje de la Radio Universidad de Chile, la entidad tenía más de 200 millones de dólares prestados a empresas relacionadas, o sea, cinco veces su capital. Esto cuando la ley sólo permitía un límite máximo de el 25 por ciento de sus reservas. Pero además, las sociedades relacionadas no necesariamente tenían existencia legal. En este sentido, según constató la indagatoria, el banco había otorgado créditos a sociedades fantasmas sin ningún tipo de garantía.

Por ello, Piñera debió fugarse durante 24 días para darles tiempo a sus abogados de preparar su defensa.

Según relató más tarde la ex ministra de Justicia de Augusto Pinochet, Mónica Madariaga, ella habría intercedido para que el ex mandatario fuese puesto en libertad por este caso.

A mediados del año pasado, un nuevo capítulo se sumó a esta lista negra luego que un portal digital informara que el empresario fue imputado en Argentina en el marco de la investigación de coimas pagadas por la aerolínea LAN.

Según la indagación, el ilícito se produjo en 2006, año en que el ex mandatario era socio de la compañía. Esta investigación se abrió en 2010 cuando se revelaron los correos del diputado por el Frente para la Victoria, Jaime Manuel Vázquez, que evidenciaban que la aerolínea había pagado una “comisión” por $1.150.000 dólares por una consultoría falsa. Posteriormente, la compañía admitió el ilícito, por lo que debió cancelar $20 millones de dólares.

La información inmediatamente desató una serie de cuestionamientos en Chile respecto de la relación de Piñera con el caso. Incluso, el ex mandatario llamó a una conferencia de prensa en la que declaró: “Esta denuncia o es muy irresponsable o es muy malintencionada, porque por el sólo hecho que sea accionista de LAN, como lo dice la denuncia, me asigna responsabilidades que no tengo”.

Otro episodio corresponde al Piñera Gate. En 1992 Sebastián Piñera y Evelyn Matthei querían ganarse el derecho a ser candidatos de la derecha para enfrentar a Eduardo Frei. Entonces se divulgó una grabación telefónica clandestina entre Piñera y su amigo Pedro Pablo Díaz en la que le pedía influir en los mediadores de un futuro debate presidencial con el fin de disminuir la credibilidad de su contendora. La grabación fue difundida en vivo por las pantallas del entonces canal Megavisión.

Además, en 2015 el ex presidente se vio involucrado en la investigación sobre el pago de facturas que efectuó Chilevisión en 2009 por servicios inexistentes a Aguas Andinas, Pampa Calichera, SQM y Asesorías Ilihue.

El último dolor de cabeza para Piñera fue la inversión que Bancard, una de sus firmas, realizó en una pesquera peruana en pleno juicio marítimo ante La Haya entre Chile y ese país limítrofe.

Con la revelación se volvió a cuestionar a Piñera por su eterna relación de la política y los negocios, misma crítica que gatilló un primer fideicomiso ciego -inédito a la época- realizado en el contexto de la campaña presidencial que lo volvió mandatario de Chile.

Temas: El Frente