Miles de personas marcharon este martes en el centro de Budapest para exigirle al Gobierno de Hungría que revoque la enmienda legal que limita el derecho de reunión, norma con la que la gestión del ultranacionalista Viktor Orbán prevé prohibir la Marcha del Orgullo LGTBI+ de este año.
Bajo el lema "No hay hacia donde retroceder", las y los manifestantes ocuparon durante horas el puente Erzsébet, convocados por el diputado independiente Ákos Hadházy y con el respaldo del partido liberal Momentum.
Al concluir la manifestación en Erzsébet, grupos menores bloquearon el tráfico en otros puentes de la ciudad, según informaron medios locales.
Los asistentes de la marcha compararon la reforma legal del primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, con las legislaciones del presidente ruso, Vladímir Putin, que limitan la libertad de reunión y los derechos de la comunidad LGTBI+.
"Orbán es la vergüenza de Europa, porque la marcha del Orgullo no está prohibida en ningún país del continente. Esto es algo que no hacen ni los amigos de extrema derecha de Orbán", afirmó la activista opositora Lili Pankotai durante la movilización, en la que ondearon banderas de la Unión Europea, del arcoíris y banderas húngaras.
Dorottya Rédai, activista de la Comunidad Lesbiana Labrisz, afirmó, por su parte, que la enmienda tiene como meta "que la gente LGTBI+ no aparezca en el discurso público".
A mediados de marzo, gracias a la mayoría de dos tercios del partido Fidesz de Orbán, el Parlamento de Hungría aprobó una enmienda a la ley de reuniones para vetar "las asambleas que vulneren las prohibiciones previstas en la ley de defensa de los menores".
Esta reforma legal señala que no se permitirán "las reuniones que promuevan o exhiban el cambio de sexo de nacimiento o la homosexualidad", así como la participación en ellas, todo en nombre de la "defensa" de los menores y su desarrollo "adecuado".
La enmienda prevé multas y el uso de tecnologías de "reconocimiento facial" para identificar a los participantes de estos encuentros.
En los últimos 15 años, el Gobierno de Orbán ha impulsado leyes que restringen los derechos de la comunidad LGTBI, incluyendo la prohibición del reconocimiento legal del cambio de género, de la adopción para parejas del mismo sexo y la definición constitucional del matrimonio como la unión exclusiva entre un hombre y una mujer.