El director general de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni, analizó los últimos casos de violencia en escuelas bonaerenses y, además de hacer una autocrítica, advirtió que hay sectores que "desresponsabilizan fuertemente al resto de la sociedad, principalmente a la familia".

Según Sileoni, esta fue “una pequeña semana trágica” luego de varios hechos que involucran a adolescentes en edad escolar, como el grupo de alumnos que planeaba un tiroteo en una escuela de Ingeniero Maschwitz o el de la alumna de un colegio privado de Laferrere que atacó con una navaja a una compañera.

La provincia de Buenos Aires es muy grande y también los medios ahí tienen la responsabilidad de la resonancia, aunque no le quitamos gravedad a todo lo que pasó. De todo lo que pasó resalta un chico de 12 años que defendió a su mamá en una situación de violencia intrafamiliar y mató al padrastro en Quilmes”, afirmó en diálogo con la 750.

Todos los niños, niñas y adolescentes de la provincia de Buenos Aires son estudiantes, por eso muchos hechos que ocurren fuera de la escuela protagonizados por estudiantes, y también se hace una remisión a la escuela. El de Maschwitz es un hecho dentro de la escuela pero también en un mundo medio abstracto, que es las redes”, explicó.

Yo no voy a ser el que diga esto es culpa y se produce porque gobierna Milei, sería faltar a la verdad, aunque evidentemente hay un clima en la sociedad argentina materializado por aquel intento de magnicidio y una violencia que escala en la sociedad que últimamente se profundiza desde el poder”, aclaró.

En este contexto, si bien hizo una autocrítica a la escuela, no dejó de responsabilizar a la sociedad y, principalmente, a las familias por “no ver” lo que sucede con los jóvenes en el medioambiente virtual de las redes sociales.

“Hay sectores que encapsulan el problema en la escuela y esto es desresponsabilizar fuertemente al resto de la sociedad, principalmente a la familia. La escuela en algún sentido es el 15% de la vida de los chicos en un año. La familia cree que los chicos están seguros en su habitación, pero esa privacidad es de gran opacidad porque en las redes hay desafíos y situaciones relacionadas con lo lúdico y las adicciones, que los adultos no ven. Por eso hay una cantidad de episodios que se manifiestan en la escuela pero que tienen una génesis invisible”, sostuvo.

“Un chico que le pega una patada en la cabeza a su compañero, ¿hay una reflexión sobre su educación familiar o no? En la escuela no repartimos navajas, repartimos libros. Se está advirtiendo y se ve cada vez con más nitidez un mundo virtual que es un mundo sin normas. ¿Dónde se pone la norma, el límite? ¿Qué pasaría con la violencia social si no hubiese escuela? Asumimos la complejidad del momento, y vamos a seguir trabajando con la escuela como un sitio de encuentro del conocimiento de la palabra”, cerró.