Peligro de Wolf, siempre atento a los eventos que a nadie importan, te cuenta lo que nadie te quiso contar, tal vez por una cuestión de buen gusto: el casamiento del histórico líder de la barra brava de Boca, Rafael Di Zeo, con Carolina Coincello. Un detalle no menor: Los acordes de la marcha nupcial se hicieron con bombo y redoblante a cargo del Tano Provoleta y de Nico de Claypole, conspicuos integrantes de la barra xeneize. Y, a falta de un coro de monaguillos cantando el Ave María, fue notoria la participación del coro estable de la Barra de la Doce, que abrió la ceremonia con este clásico cántico de cancha esbozado a modo de villancico:

“Rafa, mi buen amigo,
en tu casorio volveremo' a estar contigo.

Te alentaremos de corazón.
Traé los anillos que si no es un papelón.

Te seguimos en la iglesia,
en el civil y el salón.

En vez de la mesa dulce,

queremos chori por favor.”

Otro dato a destacar, quien ofició la ceremonia era en realidad el Padre Luis (ex Negro Morcipán), histórico barrabrava xeneize de los ‘80 compañero de tribuna de El Abuelo, que después de pasar un par de años por el pabellón evangelista del Penal de Sierra Chica, cambió el paraavalancha por el púlpito y se hizo cura.

Transcribimos la ceremonia para casar a la pareja:

-En nombre de la Mano de Dios, de El Abuelo y de la Barra Quilombera que no deja de alentar. Queridos hermanos. Estamos aquí para unir en matrimonio al cumpa Rafa y a Caro, dos grandes valores que juegan juntos y se aman más que Riquelme al mate y que esperan ser una pareja tan unida como el Diego y la pelota y como Wanda Nara y el quilombo.

El matrimonio es un partido difícil, que tiene momentos buenos y malos y si queremos ganarlo tenemos que empezar a jugarlo desde el minuto cero. No hay que calentarse ni patear la pelota a la tribuna ni citarse en Segurola y Habana para resolverlo a piñas. Para nada.

Hay que transpirar la camiseta en el trabajo y en el hogar y dejar todo en la cancha desde la primera pelota hasta el último minuto de descuento.

Porque, les advierto, tienen que estar preparados: el matrimonio es desgastante por momentos, por eso no hay que desfallecer con algún resultado adverso o una pifia a lo Cavani y combatirlo con aguante, para no irse a la B como las gallinas.

Rafa y Caro: ¿se comprometen a amarse y respetarse durante toda la vida y ser fieles por sobre todas las cosas desde el primer entrenamiento hasta colgar los botines?

-Pará, loco. ¿Qué preguntás? ¿Sos buchón de la Federal? Mientras la flaca no me joda cuando estoy alentando a Boquita, estará todo bien.

-Rafa ¿aceptas por esposa a Carolina para amarla casi tanto como a una bandera de Boca Juniors?

-Sí, claro. Para eso me puse este jetra.

-Carolina, ¿aceptas por esposo al Rafa para amarlo y respetarlo tanto arriba como abajo del para avalancha?

- Sí, flaco, hacela corta, mi jermu acepta ¿cuál es? Si no acepta se mete la barra y se pudre todo.

-Si así no lo hiciereis, la Mano de Dios, y el VAR os lo demanden.

Y recuerden, el amor es la bandera de Boquita y la mayor promesa de gol. Si lo perdemos, no lo canten, no lo griten, no se abracen.

Bien, antes de arrojar papelitos y hacer la ola, pregunto, si hay alguien de los presentes que conoce algún impedimento, obstáculo, artículo del Reglamento General de la AFA o dificultad por lo que pueda anularse esta boda, o quiera jodernos esta ceremonia, hable ahora o calle para siempre, pero por favor piénselo bien, ya está el salón alquilado, el catering comprado, no moleste por boludeces, porfa…

Bien. Entonces los declaro barra brava y mujer, hasta que la APREVIDE o la cárcel los separe. Que una mala campaña del equipo, la AFA o los Borrachos del Tablón no separen lo que el amor por Boquita ha unido. Amen.

Pueden besarse la camiseta y de paso entre ustedes.

De la fiesta poco podemos comentar ya que, aunque fuimos invitados, nos apretaron 3 trapitos también de la barra que nos pidieron una enormidad, casi el doble que nuestro sueldo para cuidarnos el auto. Lo que sí pudimos escuchar desde la puerta, fue el cantito que más se coreó y bailó a la hora del carnaval carioca y antes de pasar a la mesa dulce. Fue el siguiente:

Que alegría, que alegría,
olé, olé, olá.
Vamos Rafa todavía,
hoy te fuiste a casar.

La Doce está de fiesta
al Rafa acompañó
En vez de gas pimienta
hoy te tiramos arroz.