El diputado nacional Esteban Paulón lamentó este lunes la muerte del Papa Francisco y recordó su vital acercamiento a la comunidad LGBT+, a la que le abrió las puertas de la Iglesia después de siglos rechazo. Entrevistado por la 750, el dirigente socialista e integrante del bloque Encuentro Federal aseguró que, por todo esto, la muerte del Pontífice se traduce en una “pérdida compleja en un momento de discursos de odio”.
“El último mensaje público del papa tenía que ver con el trato cruel a los migrantes”, dijo, señalando la postura del sumo pontífice sobre la política migratoria de Estados Unidos.
Pero con una clara posición respecto a las diversidades: “Y ese discurso está muy de moda contra el colectivo LGTB. Lo hemos denunciado con relación al presidente Milei”.
“El Papa era una voz de una institución que tuvo una historia compleja, pero que logró ir instalando una mirada muy tolerante. De hecho, ha bendecido a personas del mismo sexo”, afirmó.
Y dijo: “Una mirada humanista del mundo, que es lo que más vamos a extrañar en un momento donde parece que solo importa la guerra comercial y la ganancia desenfrenada”.
“Sabía mucho de justicia social y tenía una preocupación humanista profunda. Creo que ese es el rasgo que más nos va a hacer falta, no como colectivo LGTB sino como humanidad” finalizó.
"¿Quién soy yo para juzgar?"
El papado de Francisco se caracterizó por su acercamiento a los católicos LGBT+. Esto lo dejó en claro desde el principio, cuando en 2013, en su primera conferencia de prensa, dijo consultado sobre un sacerdote presuntamente gay: “Si una persona es gay, busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?”.
Luego, en el 2020, el Vaticano marcó el apoyo del papa a las protecciones legales para las parejas del mismo sexo, afirmando, años más tarde, que “ser homosexual no es un delito”, declaración no menor teniendo en cuenta que durante toda su historia se consideró la homosexualidad como un pecado.
Y en el 2023 hubo dos gestos vitales: en octubre aprobó un documento que permite que las personas transgénero reciban el bautismo y funjan como padrinos; luego, en diciembre, aprobó la bendición a parejas del mismo sexo, siempre y cuando dichas bendiciones no sean parte de un ritual o liturgia de la Iglesia.