La Justicia Federal condenó a 7 años y 2 meses de prisión al piloto que a fines de octubre del año pasado aterrizó una avioneta, en Andino, con 475 kilos de cocaína. Oscar Armando Caba Hurtado, coronel retirado de la Fuerza Aérea Boliviana, aceptó un juicio abreviado que se formalizó ayer al mediodía, por el delito de contrabando de estupefaciente que, por sus cantidades, se encontraban destinados a su comercialización en el territorio nacional o fuera de éste, agravado por la utilización de un medio de transporte aéreo, rutas aéreas no autorizadas y el aterrizaje en lugares clandestinos no habilitados por el servicio aduanero para el tráfico de mercadería.
El Cessna 206 aterrizó a ultima hora de aquel miércoles en la zona rural de Andino, con 11 bultos que contenía 430 “ladrillos”. La Gendarmería había sido avisada sobre la presencia, en radares, de la aeronave, y llegó al lugar veinte minutos después de que tocara tierra. Dos camionetas estaban esperando la carga y se dieron a la fuga, al igual que el piloto, encontrado después a orillas del río Carcarañá, por el cuerpo de bomberos de la zona.
Como publicó este diario por esos días, el hombre de 57 años resultó ser un comandante de la Fuerza Aérea de Bolivia, donde tiene un pedido de 30 años de prisión por haber participado de una masacre de 10 civiles en noviembre de 2019, durante las protestas contra el gobierno de facto de Jeanine Áñez.
Luego del inicio de la causa por el tráfico de sustancias, ayer se cerró un juicio abreviado en el que participaron la Procunar y los fiscales de San Lorenzo Claudio Kishimoto y Francisco Bernhardt. La sentencia fue homologada por el juez de garantías Eduardo Rodrígues Da Cruz.
El caso tiene que ver con los hechos del 30 de octubre de 2024. El Grupo de Control y Vigilancia Aeroespacial de las Fuerzas Armadas detectó un tránsito aéreo irregular y dio aviso inmediato a la Gendarmería. Luego de seguimiento dispuesto, la avioneta comenzó a descender y aterrizó a las 17.30 en un campo ubicado en la localidad de Andino. Allí también se divisaron dos camionetas, una de color blanco y otra negra, que no pudieron ser identificadas en cuanto a marca, modelo o dominio y que se retiraron inmediatamente del lugar. Por su parte, el piloto huyó hacia la zona del río Carcarañá.
Dentro de la avioneta se hallaron 430 paquetes tipo ladrillos rectangulares envueltos en bolsas de arpilleras, que contenían una sustancia de color blanco compacta con un logo impreso en relieve con la forma de un toro. El resultado fue positivo para clorhidrato de cocaína y el pesaje arrojó 475.412,6 gramos. Las pericias dieron porcentajes de concentración de cocaína de aproximadamente 80%, y la inexistencia de sustancias de corte.
Al día siguiente, se encontraron además dos tachos de 200 litros rellenos con combustible, siete bidones de 50 litros, también con combustible y dos bombas eléctricas con pico surtidor. La investigación permitió establecer que serían para el reabastecimiento de la aeronave una vez producida la descarga del material estupefaciente, pero que ante lo ocurrido por el aviso, esos elementos fueron abandonados por los conductores de las dos camionetas no identificadas. En tanto, según trascendió, no se logró establecer a quién estaba dirigido el cargamento.
Ese mismo 31 de octubre, al mediodía, fue encontrado en inmediaciones del río Carcarañá el mencionado piloto, en una zona cercana al lugar del aterrizaje. Fue a partir de un aviso que daba cuenta de una persona que se encontraba atrapada en la barranca y que -según lo mencionado- estaba visiblemente mojada y agotada.
Además, del decomiso de lo secuestrado en la investigación, a instancias de la Fiscalía, el juez también ordenó que la avioneta sea donada con fines educativos (no de vuelo) a una escuela técnica bonaerense.