Son tiempos turbulentos para las grandes compañías tecnológicas de los EE.UU. que deben enfrentar los vaivenes en la política económica de Donald Trump sin resentir el vínculo, juicios de larga data por prácticas monopólicas y una lucha feroz por ganarle a los competidores nacionales y chinos en la carrera de la IA Generativa, determinante también para la disputa geopolítica global. Todo eso, mientras mantienen su negocio funcionando.