"Mentirosa" y "manipuladora" fueron dos de los adjetivos con que la jueza Marisol Usandizaga calificó a Yamila S., una joven que -tras esconder su embarazo durante nueve meses- había tenido un parto en avalancha en su casa y había metido al bebé en el lavarropas, creyéndolo muerto. Con esa convicción, condenó a la chica a nueve años de prisión en mayo pasado, una sentencia que fue revocada por la Cámara Penal a raíz de la apelación de la fiscal Cristina Herrera. Usandizaga es una de las integrantes del viejo sistema penal que fue propuesta por el Ejecutivo como jueza en lo penal de Villa Constitución, en el mensaje 4627 del 23 de noviembre pasado. Hasta este viernes, al mediodía, se reciben las impugnaciones a los pliegos de 15 jueces y una fiscal adjunta elevados en tres mensajes.

"Nos preocupa por la falta de perspectiva de género y la demostración de que esta jueza no tenía acceso a ningún protocolo para juzgar a Yamila. En este caso, resolvió sin tener en cuenta la situación de esta chica, que tenía 19 años cuando ocurrió el hecho", expresó Susana Chiarotti, integrante del Instituto de Género, Derecho y Desarrollo (Insgenar) y de Cladem, además del Comité de Expertas de la Organización de Estados Americanos (OEA). "Desde hace rato que la justicia debería haber incorporado la perspectiva de género. En 1985 se aprobó la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación a la Mujer. Desde entonces, los legisladores que aprueban los pliegos deberían asegurarse de que entre los tratados que manejan los futuros jueces y las futuras juezas, están Convención y también la Convención para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, de Belem do Pará", explicó la experta, que es abogada.

"Usandizaga resolvió con bastante frialdad, sin tener en cuenta la situación en que estaba la chica, que no creo que estuviera muy contenida cuando pasás nueve meses de embarazo y nadie se da cuenta. Tenía problemas con su pareja, y se encuentra sola de noche, con un ataque de hígado, vomita, tiene náuseas, tiene un parto en el baño. No somos parteras, no sabemos cómo atender nosotras un parto, y cuando vemos que nos sale sangre, un coágulo y todo eso, me imagino que se debe haber aterrorizado. En el análisis de la jueza, eso no fue tomado en cuenta y me preocupa porque tanto la Cedaw como la Convención de Belem do Pará piden que cuando una mujer comete un crimen se analice el contexto", dijo Chiarotti, al tiempo que consideró que eso "es lo mismo que pedimos con los varones, no es lo mismo quien roba un pan poqrue está desesperado de hambre que quien lo hace para hacer daño".

En el caso de Usandizaga, la integrante de Cladem e Insgenar también se refirió a la fiscal Nora Marull, que había pedido 18 años de prisión para Yamila. "Si operara la mirada de género en la justicia, como indican las convenciones y tratados internacionales a los que Argentina adhirió, no tendríamos ni una fiscal que pide 18 años ante un caso tan tremendo de desamparo, ni una jueza que no toma en ninguna consideración el momento de desamparo y la falta de conocimiento de atender el propio parto", concluyó Chiarotti. "Hay una mirada prejuiciosa y llena de estereotipos, que es muy perjudicial. Tenemos que evitar que jueces así asciendan o sean efectivamente nombrados", agregó.