Inah Canabarro Lucas, una monja brasileña que había sido reconocida como la persona más longeva del mundo, murió este miércoles a los 116 años en la ciudad de Porto Alegre, capital del estado de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil. Según informaron sus familiares a la prensa local, su muerte se produjo por causas naturales, sin enfermedades previas, luego de un progresivo debilitamiento físico.
Había nacido el 8 de junio de 1908 en San Francisco de Assis, también en Rio Grande do Sul. Inició su camino religioso a los 16 años en el internado Santa Tereza de Jesús, en Santana do Livramento, una localidad cercana a la frontera con Uruguay. Dos años más tarde, se trasladó a Montevideo, donde el 27 de diciembre de 1928 realizó sus votos y se convirtió en monja.
El sitio especializado LongeviQuest la había declarado este año como la persona viva más anciana del planeta, luego de la muerte, el 29 de diciembre de 2024, de la japonesa Tomiko Itooka, quien también tenía 116 años. El grupo de investigación gerontológica de Estados Unidos (GRG) y el propio LongeviQuest confirmaron entonces su estatus como "decana de la humanidad".
La Congregación de las Hermanas Teresianas de Brasil, a la que pertenecía, emitió un mensaje tras su fallecimiento: "Damos gracias por la entrega y dedicación, pedimos que el Señor, Padre de bondad, la reciba y la acoja en su infinito amor", expresaron en una nota.
En vida, la propia Inah había atribuido su longevidad a la fe. "Él es el secreto de la vida. Es el secreto de todo", dijo cuando le preguntaron por las razones que explicaban su extraordinaria edad.
Una vida dedicada a la docencia y la espiritualidad
Después de su ordenación como religiosa, Canabarro Lucas regresó a Brasil en 1930 y se radicó en la ciudad de Río de Janeiro, donde comenzó a trabajar como docente. Enseñó portugués y matemáticas en una escuela del barrio de Tijuca, actividad que sostuvo durante décadas.
Perteneció a una familia numerosa con seis hermanos y mantuvo vínculos con sus sobrinos y sobrinas hasta los últimos años. Uno de ellos, Cleber Vieira Canabarro Lucas, confirmó a los medios que su tía había muerto “sin ninguna enfermedad”, y que su salud simplemente “se fue debilitando poco a poco”.
En 2018, cuando ya tenía casi 110 años, recibió la bendición apostólica del papa Francisco. Según reportes del Vaticano, el sumo pontífice –-fallecido recientemente el 21 de abril a los 88 años-– expresó su reconocimiento a la labor religiosa de Canabarro Lucas y su ejemplo de fe.
Segunda en el historial de monjas más longevas
Inah Canabarro Lucas ha sido reconocida como la segunda monja más longeva de la historia. Solo la superó la francesa Lucile Randon, conocida como Hermana André, quien murió en enero de 2023 con 118 años. Tras la muerte de Canabarro, el título de la persona viva más longeva pasó a manos de Ethel Caterham, una mujer inglesa residente en Surrey, que tiene 115 años y 252 días, de acuerdo con registros de LongeviQuest y el GRG.
La muerte de Canabarro Lucas ha conmovido al entorno religioso brasileño, donde su figura adquirió notoriedad en los últimos años a raíz de su edad y su historia. A pesar del reconocimiento global, ella mantuvo una vida austera, centrada en la comunidad y en su trabajo pastoral.