La conducción de la CGT Rosario esperó ayer a la tarde la decisión del triunvirato nacional para anunciar que levantaba el paro general que se había previsto para hoy, cuando se descontaba que la reforma previsional impulsada por el gobierno ya estuviera convertida en ley. Como la sesión parlamentaria fracasó -justificaron- no hubo ley y no habría huelga, entonces. Pero al caer la noche, el rumor de que el presidente Mauricio Macri impondría su plan ya no por ley sino por decreto de necesidad y urgencia cambió los planes y forzó otra aparición de Héctor Daer, Juan Carlos Schimid y Carlos Acuña: si habría DNU, habría paro general desde la 0 de hoy. Y en la sede de la CGT Rosario volvieron a acatar la decisión de la central (ver edición nacional). La posición de la delegación Rosario de la central obrera era anoche "estado de alerta".

La decisión de levantar el paro se había anunciado ayer por la tarde en la sede de Córdoba al 2000, luego de que la conducción nacional de la central obrera así lo dispusiera. La señal de protesta que los líderes cegetistas habían declamado -aunque lo hicieran el día después del hecho consumado- perdió actores y en Santa Fe los que ratificaron el paro para hoy son los trabajadores municipales de toda la provincia, los médicos de la salud pública nucleados en Amra y en Siprus, los estatales de Upcn y los empleados de clínicas y sanatorios (Atsa).

"La CGT es orgánica a la CGT nacional, así que hemos levantado el paro previsto para mañana (por hoy) y seguimos en alerta y movilización por cualquier cosa que pase", anunció el metalúrgico Antonio Donello, secretario general de la UOM Rosario, al término de una reunión de dirigentes sindicales que congregó a numerosos militantes frente a la casona del Paseo del Siglo.

En los rincones de la sede gremial ayer varios coincidían en que la postura asumida por la CGT nacional ante la ofensiva macrista en el Congreso dejaba mal parado al movimiento obrero sindicalizado, al anunciar el paro del día después y, encima, levantarlo ante el fracaso de la sesión y pese a la represión desplegada sobre los manifestantes en Buenos Aires. Hubo quienes analizaron que fue lo mínimo que pudieron hacer. Pero en público, la explicación de ocasión fue que "no se debe debilitar más a la CGT", según confió un dirigente al justificar la decisión de la dirigencia rosarina de acatar la orden de la central y también aquí suspender la medida de fuerza.

Donello y Sergio Alladio (Camioneros) salieron a defender la posición. "Es que (el paro se haría) si la ley se votaba, y se logró el objetivo: la ley no se votó. El objetivo era conseguir lo que se buscaba. La medida no es tardía porque la ley no se sancionó", relacionó el metalúrgico.

Por otra parte, Donello reclamó hacia los partícipes del "consenso fiscal" acordado con el gobierno nacional. "Además, que todos se hagan responsables porque esto lo votaron los gobernadores, no el gremialismo. Pidámosle explicaciones a ellos por firmar el pacto fiscal. Y a los legisladores que levantan la mano. Un peronista no puede levantar la mano en contra de los ancianos y de los trabajadores, así que cada uno sea responsable de lo que hace", exclamó y se ganó una ovación en la sede gremial.

"Si vuelve a suceder lo mismo, nos movilizaremos o se hará lo que demande la central obrera a nivel nacional", agregó Donello como si adivinara que una hora después desde Buenos Aires empezaría a filtrarse el plan de Mauricio Macri de imponer la reforma previsional a través de un decreto de necesidad y urgencia (DNU).

"Con decir cualquier cosa que pase me refiero a la reforma o a la represión que desplegó el gobierno. Los trabajadores no vamos a permitir que agredan a nuestros legisladores, a nuestros trabajadores y hasta a los miembros de prensa. No estamos en un estado de derecho sino de represión. Ellos fueron elegidos por el pueblo, no por una fuerza militarizada que va directo a reprimir a los trabajadores", se quejó.