De ídolo popular a marca registrada, Diego Maradona fue explotado en vida por un entorno que lucró con él. Hoy, el caso de la jueza Julieta Makintach, que llevó a anular el juicio por su muerte, expone el espectáculo que todavía se sigue montado alrededor del ídolo.
Más de cuatro años después de su muerte, su figura sigue siendo noticia. Lo usaron en vida y lo siguen haciendo después. Como ídolo, como marca o para hacer un documental en medio de lo que debería ser un espacio de búsqueda de justicia. "Los odio a todos", dijo Jana Maradona a la salida del Tribunal.
La reciente anulación de ese proceso es apenas el nuevo episodio de una historia de apropiaciones que lleva décadas.
De la serie de Makintach a “La Mano de Dios”
Makintach, suspendida por la Suprema Corte bonaerense, apareció como protagonista de una serie documental sobre el caso mientras instruía la causa judicial. La situación implica un claro conflicto de intereses. En sus propias palabras, lo hizo “para que la gente entienda el trabajo de la Justicia”. Lo único que logró fue interrumpirla.
La jueza no sólo participó del guión: coordinó grabaciones en el juzgado y construyó una narrativa con ella misma en el centro. Fue apartada por “haber comprometido la imparcialidad y afectado la imagen del Poder Judicial”.
El juicio quedó anulado. Los imputados, a la espera de una nueva fecha. Maradona, de nuevo sin justicia. “A mi papá lo mataron. Y ahora lo vuelven a matar con esta decisión. Nos usaron a todos”, dijo Dalma Maradona.
El caso Morla y los derechos del 10
Desde el día en que murió, el 25 de noviembre de 2020, Diego volvió a ser una fuente inagotable de conflicto. La pelea por su herencia, los hijos y las hijas, ex parejas y un apoderado: Matías Morla.
El abogado fue citado por la Justicia federal por los contratos que firmó antes y después de la muerte de Diego. También fue denunciado por los herederos por "administración fraudulenta".
Diego no se trata solo de bienes: se trata de la marca y de toda una industria. La Justicia prohibió el uso comercial de las marcas "Maradona", "Diego Maradona", "El Diez", "La Mano de Dios" y "Diego Armando Maradona" sin el consentimiento de sus herederos. Se utilizaron para vender desde camisetas históricas hasta vinos, relojes y criptomonedas.
“Morla manejó todo. Derechos, contratos, decisiones médicas, relaciones personales. Diego quedó cercado”, sostuvo Mario Baudry, abogado de Verónica Ojeda y su hijo Dieguito Fernando.
El frente político: ¿Maradona mileísta?
Con Dieguito y Ojeda se abrió otro frente, totalmente inesperado: "Hay un Maradona fanático de Milei", dijo su ex pareja, haciendo referencia al menor de los Maradona. La posta fue tomada por el Gordo Dan y Dalma salió a cruzarlo en redes. Ahora Diego es buscado y reclamado hasta por los libertarios.
La historia de quienes se beneficiaron de Diego no empieza con su muerte, empieza con su vida. Porque Maradona fue héroe y también rehén. El mismo entorno que lo acompañó en las giras, las clínicas y los contratos millonarios, fue el mismo que lo sostuvo y que, por momentos, también lo hundió.
Diego vivía en una casa que no era suya, sin médicos de guardia y rodeado de personas que, según su familia, respondían más a intereses cruzados que a su salud. Una junta médica dictaminó que tuvo una “atención deficiente, temeraria y negligente”. La causa llegó a juicio. El mismo que casi termina en un documental.
Y ahora todo volvió a empezar.