Robert De Niro agradeció a Francis Ford Coppola por no elegirlo en El Padrino. Esta decisión, que en su momento pudo parecer un revés, lo condujo a una consolidación inesperada en El Padrino II, un hito cinematográfico. La declaración de De Niro en el prestigioso American Film Institute subraya cómo aquel "no" significó un cambio decisivo en su carrera y su vida personal.
La decepción que se convirtió en oportunidad
A principios de los años 70, Robert De Niro era un actor joven en ascenso, decidido a hacerse un nombre en Hollywood. Había puesto sus miras en El Padrino, una película dirigida por Francis Ford Coppola que muchos anticipaban sería un clásico. Tras audicionar para los papeles de Michael y Sonny Corleone, De Niro confiaba en que su talento sería reconocido.
Sin embargo, el papel de Michael fue para Al Pacino, mientras que James Caan interpretó a Sonny. Así, De Niro quedó fuera del proyecto. Esta decisión inicial, aunque decepcionante para él, actuó como catalizador de su éxito posterior, ya que quedó disponible para audicionar en El Padrino II.
El triunfo en El Padrino II
Dos años después, en 1974, Francis Ford Coppola volvió a llamar a Robert De Niro. Esta vez, para interpretar a una versión joven de Vito Corleone, un papel desafiante que le brindó una oportunidad única. Su interpretación magistral le valió el premio Oscar al Mejor Actor de Reparto, un momento crucial en su carrera.
"Francis, gracias por no elegirme para El Padrino. Fue el mejor trabajo que nunca tuve", expresó De Niro con sinceridad durante su homenaje a Coppola, evidenciando la importancia de aquella negativa inicial.
Impacto y legado cultural
El Padrino no solo se erigió como una de las obras maestras del cine mundial, sino que también moldeó a una generación de cineastas y actores. Las películas capturaron la complejidad de la vida mafiosa con tal realismo que se convirtieron en una referencia, incluso para quienes nunca han conocido directamente ese mundo.
Para Robert De Niro, la oportunidad de interpretar a Vito Corleone no solo le abrió puertas en Hollywood, sino que consolidó su reputación como uno de los actores más versátiles y sólidos de su época. Su desempeño influyó en las generaciones posteriores de actores, marcando un antes y un después en su trayectoria.
A través de eventos como el homenaje del American Film Institute, De Niro no solo expresa su gratitud a Coppola, sino que también reconoce la relevancia de su rechazo inicial para El Padrino. Este giro de los acontecimientos permitió al actor explorar papeles que enriquecieron su comprensión del arte y su técnica. La reflexión de De Niro es un recordatorio de cómo, en el cine, los contratiempos pueden transformarse en las mayores oportunidades profesionales.