En diálogo con la 750, la actriz y cantante española Pepa Luna habló sobre De la Raíz a la Luna, su nuevo espectáculo musical con dirección de Darío Bonheur en el Teatro Tadrón. Una obra que propone un recorrido simbólico: “El origen del título viene de la mano de lo que cada uno somos. Todos tenemos una raíz y vamos a la luna simbólicamente, creciendo hacia allá, que nos lleva la vida, nuestros deseos y anhelos”, sostuvo.
Luna propone un viaje por su historia personal: desde su infancia, pasando por los primeros descubrimientos de la adolescencia, hasta llegar a una adultez que siente que no encaja en estructuras rígidas. En esa búsqueda constante por entender quién es y cómo quiere vivir, la protagonista se muestra con honestidad y nos invita a acompañarla en esta travesía que va desde Madrid hasta Buenos Aires.
Al recordar su pueblo natal en España, la actriz habla con orgullo: “Mi pueblo es Estepona. Ahora es una ciudad muy turística, aunque siempre lo fue. Antes se la conocía como la ciudad dormitorio de Marbella, porque está a sólo 25 kilómetros. Es otro modo de vivir, de ver la vida. También tiene sus luces y sus sombras”, comentó.
Luna también compartió su mirada sobre Buenos Aires, una ciudad con una energía única: “Me gusta el desborde que hay en esta ciudad. Es una ciudad desbordada en todo su esplendor, incluyendo el arte. Está desbordada de arte, andas y hay arte por doquier”, señaló. Para Luna, ese desborde es digno de admirar. Lejos de verlo como un caos, lo interpreta como una invitación a concientizar y valorar aquello que nos hace únicos: “Quizás yo me enfoco en ver todo eso que muchas veces cuesta ver, eso que es artístico”, reflexiona.
Gracias a una experiencia que incluyó una tormenta, Luna se inspira para jugar con su imaginación y llevarla a sus obras. “Me encanta la lluvia, en la obra cuento que, cuando me fui a vivir a Madrid, el día que llegué llovía a cántaros. Era una cortina de agua que caía sobre el auto, y yo, con una sonrisa de oreja a oreja. Ese momento me marcó”, confirmó.
La actriz y cantante habla con naturalidad de sus raíces y el peso que tiene el flamenco en su vida. “Mi papá, que es de Estepona, siempre fue un apasionado del flamenco, así que crecí rodeada de esa música y esa cultura. El flamenco está en mi sangre”, cuenta. Pero también reconoce que ese origen le jugó alguna que otra mala pasada: “Hace poco fui a un casting y la directora me dijo que tenía un acento muy marcado, que sonaba demasiado española. Esa cosa del acento me dejó afuera de varios proyectos”.
Luna compuso una canción llamada "Volver a la Vida” pensando en esos momentos en que, de alguna manera, dejamos de vivir por distintas razones. “Creo que en algún momento todos morimos, ya sea por el trabajo, por decisiones buenas o malas. Pero siempre se vuelve a vivir, y es una elección consciente”. Para ella, la pasión y la intensidad son clave para ese renacer, como el ave fénix que se levanta de las cenizas. “No vamos a descubrir nada nuevo, porque todo es en carne viva. Los compositores, todo el tiempo, hablamos de nosotros mismos”, asegura.
Sobre la conexión entre artista y espectador, Luna sostiene que “verse reflejado en los ojos del artista es verse a uno mismo, pero desde otra dimensión. Esa experiencia te toca el corazón, no te golpea, aunque a veces puede doler con cariño. Hay obras que dejan una puñalada en el pecho, pero eso también es parte de mirarse y cuestionarse qué estamos haciendo con nuestra propia vida”, reflexiona.
Informe: Santiago Vizcarra