Fueron mil personas que llegaron al Congreso desde Ensenada para rechazar la reforma previsional: entre ellos, Daniel Nievas. Con otra agrupación pero el mismo objetivo, Horacio Ramos también protestó el lunes. Ambos, junto a Roberto Alvarez, terminaron en las guardias médicas. Los tres fueron heridos durante la represión y perdieron un ojo por las balas policiales. La familia de Ramos está pidiendo en las redes sociales si hay testigos de la agresión que sufrió en Hipólito Yrigoyen, entre Solís y Virrey Ceballos. Además, denunciaron que la policía lo golpeaba mientras lo estaban curando. “Voy a seguir luchando con lo que quede de mí”, dijo a PáginaI12.

Nievas trabaja en Astillero Río Santiago (ARS), le dicen “El Dengue” y un perdigón de goma le hizo estallar el globo ocular derecho. Sin perder la calma, dijo: “Perdí el ojo, hermano. Mañana me operan, hay que vaciarlo. Mala leche”. El día previsto para el tratamiento de la ley que ajusta a los jubilados, muy temprano, trabajadores y trabajadoras del ARS decidieron en asamblea movilizarse a la Plaza de Mayo en el marco del paro general de ATE y de la CGT. Viajaron en 15 micros y varios autos. Antes de llegar a la Capital fueron detenidos por un retén a la altura del peaje Hudson de la autopista, donde los hicieron bajar de los micros y les revisaron las pertenencias. Más tarde, Nievas resistió el avance de la policía porteña y, cuando esa pelea se volvió cuerpo a cuerpo, fue baleado en el rostro. 

En la sección Cobrería del ARS, sus compañeros dicen que es un “luchador de toda la vida”, que ingresó como contratado en los ‘90 y estuvo en todas las luchas”. Nievas no fue el único herido, Sebastián Zapata, de la sección Soldadura, también tiene riesgo de perder uno de sus ojos.

Horacio Ramos es herrero y tiene 51 años. Milita en el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL). Con sus compañeros y socios en una imprenta autogestionada se encontró en la Plaza de los Dos Congresos. “Estaba detrás de una madera y de pronto, cuando se levantó, le pegaron en el ojo. Herido retrocedió hacia la Casa de las Madres, donde había una posta sanitaria, luego cruzó la plaza hasta el Instituto Patria, donde le dijeron que era grave”, relató su compañero Ulises Guede. En Callao y Rivadavia lo curaron en una carpa del SAME, adonde llegó caminando por esa avenida en medio de la parte más cruenta del operativo represivo. “Se tira en una camilla para que lo atiendan, ahí había unos cascos que se caen y en ese momento policías que estaban adentro de la carpa lo empezaron a moler a golpes, como es corpulento salió de ahí a los empujones hasta que dio con una empleada de la Defensoría del Pueblo, que lo acompañó al Hospital Santa Lucía”, completó. 

Su familia difundió en las redes sociales un mensaje: “Todavía desconocemos si se trata de una bala de goma o plomo, ya que por la complejidad de la herida no se la pudo ubicar, ni remover. Después de haber recibido el disparo, como pudo se acerco a carpa del 103 y en su interior, lejos de recibir atención medica, fue brutalmente golpeado por efectivos de la policía. Sigue internado, fue operado de urgencia a la hora de ingresar al hospital y posiblemente tenga que volver a ser intervenido ya que tiene el proyectil en su cabeza”. Y pidieron ayuda a quien haya sacado alguna foto o filmación de las situaciones que vivió (como contacto, dieron el correo [email protected]). Necesitan pruebas porque serán querellantes en las denuncias abiertas contra el ilegal accionar represivo de la Policía de la Ciudad. 

Roberto Álvarez, el Barba, perdió su ojo izquierdo durante la represión en Congreso. La columna del Partido Obrero estaba sobre Rivadavia y Sáenz Peña. Los testigos contaron que, en un momento, la policía se quedó sin gas lacrimógeno y comenzó a tirar piedras sobre los manifestantes. Una le pegó en la cara y le causó la grave herida. Este militante trotskista tiene 64 años y es de Morón, por más de 30 años trabajó y militó en el gremio gráfico y se jubiló hace apenas dos meses. “Esta pérdida no cambia mi convicción de seguir luchando por la clase obrera y el socialismo”, escribió en su muro de Facebook, mientras sigue internado en el Hospital Durand.