Los actores Pedro Pascal y Sarah Paulson comparten un vínculo que ha resistido el paso del tiempo y los cambios en sus respectivas carreras. Su amistad comenzó a principios de los años noventa en Nueva York. Aunque sus caminos profesionales divergieron, su relación se mantuvo inquebrantable. Un reciente evento en Londres sirvió como recordatorio de la profundidad de su conexión.

Primeros años de amistad en Nueva York

Pedro Pascal se mudó a Nueva York para estudiar en la Tisch School of the Arts, donde conoció a Sarah Paulson a través de una amiga en común. Desde el principio, ambos encontraron un terreno común en su amor por las artes, lo que rápidamente se convirtió en el cimiento de una amistad duradera. Compartieron momentos únicos, como aquel en que, tras ver Sin miedo a la vida en un cine, se encontraron con el actor Woody Harrelson en un parque.

Mientras Sarah Paulson debutó rápidamente en Broadway y comenzó a adquirir notoriedad en el mundo del espectáculo, Pedro Pascal enfrentó años de incertidumbre. A pesar de las dificultades que Pascal encontró en su carrera, Paulson siempre estuvo allí para ofrecerle su apoyo, tanto emocional como financiero.

Apoyo incondicional en tiempos difíciles

La amistad entre los dos actores se vio cimentada cuando Sarah Paulson ayudó a Pedro Pascal durante una etapa profesional complicada, presentándole a personas clave de la industria cinematográfica. La intervención de Paulson fue decisiva para que Pascal consiguiera el papel de Oberyn Martell en Juego de Tronos, un punto de inflexión en su carrera.

Este acto de generosidad fortaleció aún más el afecto mutuo entre ambos, permitiéndoles superar cualquier obstáculo que pudiera afectar su amistad. Más tarde, Pascal logró establecerse como una figura prominente en Hollywood, mientras Sarah Paulson seguía triunfando con producciones reconocidas internacionalmente.

Una amistad que perdura en la actualidad

A pesar de sus logros individuales y de las ocupadas agendas típicas del mundo del espectáculo, Pascal y Paulson jamás permitieron que la distancia geográfica afectara su conexión. Continuaron compartiendo momentos importantes de sus vidas, asistiendo juntos a eventos como la reciente función de prensa de Evita en el West End londinense.

Allí, la naturalidad y cercanía con la que interactúan en público se hizo evidente, despertando la curiosidad del público y de los medios sobre la naturaleza de su relación. A pesar de las especulaciones, ambos han dejado claro que su lazo es únicamente de amistad, desmintiendo cualquier romance y resaltando la importancia del apoyo mutuo para sobrellevar las presiones de la industria.

Con más de treinta años de cercanía y memorias compartidas entre rodajes, eventos y celebraciones, Pedro Pascal y Sarah Paulson destacan como un ejemplo de amistad genuina en un entorno a menudo marcado por rivalidades y relaciones efímeras. Una amistad que no solo sobrevive, sino que sigue fortaleciéndose con el tiempo.