Variables claves del programa económico han caído bajo un inusual cono de sombras. No se provee información oficial, clara y fidedigna, sobre datos tan básicos como el déficit fiscal, la base monetaria, las tasas, las reservas, y la inflación.
Déficit fiscal: el gobierno dice que en los primeros cinco meses del año acumuló un superávit primario del 0,8% del PBI. El FMI le contesta que al sumar los intereses en realidad hubo un déficit del 1,2%. El Fondo usa su metodología canon, y es el acreedor. Igual, con las nuevas tasas no hay contabilidad creativa que aguante.
Base monetaria: variable central para el monetarismo y para el BCRA desde la adopción del marco de agregados monetarios. El primer manotazo estadístico fue inventar la BMA (Base Monetaria Amplia, o Base Monetaria Anker) definida como “la base monetaria (real) con la cual operaba normalmente la economía argentina previo a la imposición de controles de cambio en agosto 2019”.
En abril de 2025, el plan por el cual todo marchaba acorde decía “La fijación de este techo a la expansión de la demanda por BM permite anticipar que, a partir de la introducción de competencia de monedas, el peso se transformará en la “moneda escasa”. Hoy los pesos escasean por los super encajes y tasas para que no se dispare el dólar.
La otra rareza contable es que las únicas explicaciones de factores de variación de la BM son: una columna llamada “Resto” y la otra llamada “Otros”. No es que los movimientos hayan sido insignificantes. En lo que va de agosto la BM creció un 16%. El aumento de 4 billones de pesos se imputa mitad a “Resto” y mitad a “Otros”. Es como esconder un elefante debajo de dos alfombras.
Tasas: la tasa de interés endógena está bajo sospecha. El gobierno induce a los bancos a entrar a las licitaciones con un combo de mayores tasas y encajes sorpresa (zanahorias y palos). Ahora suma otro velo monetario: en vez de intervenir en la rueda de REPOs, lo hace en la rueda de “simultáneas” de BYMA, la cual no se registra en los datos públicos.
IPC: el titular del INDEC dice que mejor esperar a que pasen las elecciones para el nuevo índice, no sea cosa que se muestre la suba en servicios.
Reservas: el mundo está pendiente si el gobierno compra los malditos dólares que debe pagar a los acreedores en meses. La contemplación bucólica de cómo contar las reservas netas fue resuelta tras el acuerdo con el FMI. Pero surgió la duda de si podía o no comprar dentro de las bandas. Mientras, el BCRA se jacta de publicar “Sin intervención”.
Al Tesoro hay que esperar que alguien le pregunte por las redes al ministro. Cuando decide contestar, responde de manera escueta, con hermetismo. Así Caputo informó la comprita “en bloque”. También son renuentes a hablar del dólar futuro.
Sobre la caída y suba de reservas a fin de mes, se trataría de dos bancos extranjeros que no quieren mostrarse sobre expuestos al país (gracias por lo que nos toca como país vergonzante). Este fenómeno habitual, lo es solo desde que asumió Milei. La era de las simulaciones financieras.