Verano Trippin 6 puntos
Argentina, 2025
Dirección: Morena Fernández Quinteros
Guion: Juan Cavotti y Morena Fernández Quinteros
Duración: 70 minutos
Intérpretes: Miranda de la Serna, Zoe Hochbaum, Lali Espósito, Ariel Saltari, Manu Fanego, Juan Grandinetti, Valentín Wein, Simon Saieg, Brian Sichel.
Disponible exclusivamente en salas.
En una época donde los que manejan el destino del cine nacional buscan reducirlo a una breve lista de apuestas sobre seguro, convirtiendo al potencial comercial en el único elemento que justifica la existencia de una película, la deliberada intención de correr ciertos riesgos se ha convertido en un impulso valioso. Sin riesgo no hay sorpresa y su ausencia es una muestra clara de temor, falta de confianza e incluso de cobardía. La ópera prima de Morena Fernández Quinteros, Verano Trippin, no solo no es nada de eso, sino que su propuesta deja en claro que detrás del proyecto, incluso con sus puntos débiles, hay una búsqueda cinematográfica que en cierta forma resulta novedosa dentro de la producción argentina contemporánea.
Se trata de una historia de iniciación, esa clase de relatos que suelen clasificarse bajo la etiqueta de coming of age. Las protagonistas son Toni y Lena, quienes transitan sus últimos años de adolescencia extendida, viven en un pueblito de la Patagonia andina y planean un viaje a Europa para celebrar la amistad que las une desde nenas. A ese punto de partida más o menos convencional, Verano Trippin le suma un elemento que vuelve novedosa a la propuesta, haciendo que el título amplíe su sentido. Es que las chicas también son dos fumonas que, al ver lo caro que su dealer habitual les vende el porro con la excusa del comienzo de la temporada turística, deciden convertirse ellas mismas en vendedoras, seguras de que eso las ayudará a conseguir más rápido el dinero que les falta para los pasajes.
Es realmente inusual que el cine argentino aborde el subgénero de la comedia stoner, uno de los tópicos habituales de la llamada Nueva Comedia Americana. Pero más sorprendente resulta que la debutante Fernández Quinteros consiga no solo articular una estructura narrativa que en el balance final funciona bastante bien, sino aportarle elementos de la idiosincrasia local, sin caer en pintoresquismos ni costumbrismos que suelen convertirse en un lastre. Por el contrario, juega las cartas del género con cierta habilidad y la gracia necesaria.
El elenco cumple bien con su parte del trabajo y merece destacarse la labor del dúo protagónico integrado por Miranda de la Serna y Zoe Hochbaum, que le dan forma a un vínculo verosímil incluso cuando este entra en conflicto. Es cierto también que Verano Trippin acelera en su tramo final, dejando en el camino algunas líneas sin cerrar de forma satisfactoria, como si en ello hubiera más apuro que un crescendo dramático. Aún así, la decisión de avanzar por territorios poco explorados logra equilibrar tales desajustes con aquella voluntad de aceptar el desafío del riesgo, que acá funciona como una promesa y siempre es un buen punto de partida.