El politólogo y asesor en comunicación política, Pablo Cabas, analizó el video del candidato a diputado nacional por La Libertad Avanza, José Luis Espert, en el que reconoció que recibió 200 mil dólares pero aclaró que no fue un pago de campaña de Fred Machado.
En diálogo con la 750, el analista, señaló que “el video es el segundo intento de explicación de Espert luego de una primera estrategia que adoptó que fue el silencio, tratar de clausurar la crisis de forma unilateral haciendo acusaciones cruzadas con (Juan) Grabois y no queriendo dar una respuesta”.
Según Cabas, "hay tres estrategias posibles ante los escándalos o las crisis reputacionales":
El silencio. Es la peor estrategia cuando todas las cámaras de televisión y los micrófonos están apuntando porque estás atrayendo la crisis,
Estrategias inculpatorias. De alguna manera, asumir la responsabilidad.
Estrategias negatorias. Buscar la forma de negar los hechos.
"En el caso de Espert, pasó del silencio a estrategias inculpatorias, es decir, a asumir la responsabilidad", agregó y afirmó también que "dentro de esas estrategias inculpatorias podemos encontrar dos subtipos":
Confrontación. Uno confronta con quien lo denuncia. "En este caso define que quien lo denuncia, su oponente es Grabois y trata de encontrar alguna falla en la denuncia que resulta insuficiente o falaz, porque esta denuncia viene de una causa en los Estados Unidos y excede la coyuntura electoral".
Aclaración. Tratar de matizar la gravedad de los hechos que está asumiendo como propios. "En este caso, está asumiendo que recibió un financiamiento de una empresa vinculada a Fred Machado".
"Esta estrategia que adopta, con este extraño video en el cual no puede mirar a los ojos al público, lo primero que surge es que no mira a la cámara. Está leyendo un texto que está armado, que está blindado, que tiene fallas por muchos lados. Eso quedó en evidencia a las pocas horas cuando vemos que este escándalo inicial genera un escándalo de segundo orden", dijo y citó al sociólogo inglés John B. Thompson para ejemplificar: "Los escándalos de segundo orden suelen ser más graves que los primeros, porque utilizan la mentira para tapar una primera infracción. Acá el delito no son los 200 mil dólares, sino el financiamiento narco de la política", advirtió.
Asimismo, insistió en que "la defensa que él plantea, en donde admite, la culpabilidad, pero a la vez miente con el nombre de la empresa, pone en evidencia la falla de la estrategia argumental. Esto genera un escándalo de segundo orden porque mina la credibilidad de la persona y nos hace pensar en cómo se va a dar el proceso de cierre".
"El nivel de dramatización de este escándalo es muy alto y, después del drama, viene cómo darle un cierre al escándalo. Por un lado, la marca reputacional asociada al escándalo, que puede tener un correlato en los votos y, por otro lado, una estigmatización concreta. Esto tiene que tener un correlato judicial", concluyó.