Hasta el 7 de noviembre podrá verse la exhibición Boto/Vardanega en Roldan Moderno, con curaduría de Patricia Di Pietro. Esta es la segunda exposición de la pareja en el espacio y reúne un grupo de esculturas realizadas entre fines de los años 60 y principios de los 70, además de algunos trabajos en papel y tela. El conjunto ofrece una visión representativa de su recorrido artístico y podrá visitarse de lunes a viernes de 10 a 19 en Juncal 743.

Martha Boto y Gregorio Vardanega son pioneros en el arte cinético y exploraron específicamente el cromocinetismo, con foco en las posibilidades del color en movimiento. Sus creaciones apuestan al diálogo entre arte, ciencia y tecnología para hacer del movimiento una poética y del color una experiencia viva. En 1958 viajaron a Europa y eso marcó un punto de inflexión en sus trayectorias. París era el epicentro del arte cinético y fue la ciudad que les permitió integrarse con artistas y grupos de vanguardia.

El famoso Manifiesto Amarillo de Víctor Vasarely fue otro punto de inflexión: allí se plasmaban los fundamentos de un nuevo movimiento que veía en el desarrollo científico y en las nuevas tecnologías una utopía capaz de mejorar las condiciones de existencia. Siguiendo a Merleau-Ponty, y convencidos de que cambiar la forma de percibir el arte traería aparejado un nuevo modo de percibir el mundo moderno, los artistas buscaron intensificar la experiencia sensorial del espectador involucrando el cuerpo además de la visión.

Boto y Vardanega encontraron resonancias en eso que Vasarely denominó una "nueva belleza, móvil y emotiva". Esto aparece a lo largo de sus carreras, en las que investigaron distintas formas de esculturas cinéticas: movimiento natural y controlado, secuencias combinadas con luces o sonidos, efectos ópticos y proyecciones de imágenes, pruebas de activación de los espectadores, luz blanca y coloreada, neón, efectos de difusión, refracción y destellos.