En el mensaje que Francisco destinó ayer a los jóvenes chilenos en la explanada del Santuario Nacional de Maipú, ubicado en la comuna homónima del oeste de Santiago de chile, aseveró que la Iglesia tiene que tener un rostro joven y animó a los presentes a ser portadores de esa misión. Además, rechazó que madurar implique “aceptar la injusticia”, en un discurso en el que el pontífice se expresó con soltura, utilizó términos tecnológicos y hasta citó al grupo de rock La Ley. 

El encuentro se realizó ayer a la tarde ante un público de 40.000 jóvenes (según cifras de medios locales), adonde Francisco llegó después de su viaje a Temuco, la capital de la Araucanía. En un mensaje que recordó el “hagan lío” que destinó a los argentinos en Brasil en julio de 2013, el Papa los animó a que “salgan ‘al tiro’” al encuentro de sus amigos, de aquellos que no conocen o que están en un momento de dificultad”, utilizando una expresión local con la que se ganó los aplausos de los presentes.

“Arriesgarse, correr riesgos”, les pidió, antes de celebrar que dicho encuentro se llevase a cabo en Maipú al recordar el “abrazo de fraternidad” entre José de San Martín y Bernardo O’Higgins hace 200 años que selló la Independencia de Chile.

En ese contexto y luego de haber citado a escritores como Pablo Neruda, Violeta Parra y Gabriela Mistral en sus primeros discursos, Jorge Bergoglio sorprendió con una cita del grupo de rock chileno La Ley. “Como dice esa canción: ‘el ruido ambiente y soledad de la ciudad nos aíslan de todo. El mundo que gira al revés pretende sumergirme en él ahogando mis ideas’”, recitó, en referencia a la canción “Aquí”.

Con términos y frases como “ancho de banda”, “conexión”, “red wifi”, “perder señal” y “quedarse sin batería”, el pontífice reconoció “cuánto necesita la Iglesia chilena de los jóvenes, que les ‘muevan el piso’ y los ayuden a estar más cerca de Jesús”.

“En mi trabajo como obispo pude descubrir que hay muchas, pero muchas buenas ideas en los corazones y mentes de los jóvenes”, aseguró Francisco. 

“Son inquietos, buscadores, idealistas. El problema lo tenemos los grandes que, muchas veces, con cara de sabiondos, decimos: ‘piensa así porque es joven, ya va a madurar o se va a corromper”, dijo y continuó  “Cuando los grandes pensamos eso, no les hagan caso. Se esconde que madurar es aceptar la injusticia, creer que nada podemos hacer, que siempre fue así, que siempre se hizo así. Eso no es madurar, es corrupción.”

Francisco, además dijo a los jóvenes que nunca deben olvidarse de su importancia en el mundo: “Nunca pienses que no tienes nada que aportar o que no le haces falta a nadie”.Además, aseguró que para el encuentro de jóvenes católicos y no católicos que convocó en 2017 para el próximo marzo quiere escucharlos “sin filtros, porque a veces sus mensajes pueden ser filtrados por los que transcriben”.”La Iglesia necesita que nos interpelen”, les pidió y los animó: “los únicos que pueden hacer los cambios en la sociedad son los jóvenes, nosotros ya estamos del otro lado”.