Una mujer, con la ayuda de un hermano suyo y de un policía que estaba fuera de servicio, retuvo en la terminal de ómnibus de Rosario a un joven de 18 años al que ella reconoció como uno de los asesinos de su marido. El crimen, al que la policía considera relacionado con enfrentamientos entre bandas de narcotraficantes, ocurrió el 21 de diciembre pasado. La víctima fue Roberto Godoy, de 37 años, y su esposa, de nombre Virginia, aseguró desde el principio que se trató de “una venganza porque nosotros vendíamos droga y tratamos de alejarnos” de esa actividad ilegal. En fuentes policiales se estima que, en lo que va del año, se han producido al menos 16 asesinatos que serían “ajustes de cuenta entre narcos”. De todos modos, lo único cierto, por ahora, es que se trata, según las fuentes policiales, de “hechos de violencia que no se produjeron en situación de robo”. 

Según el relato de Virginia ante periodistas, la detención del presunto autor del crimen, identificado sólo como Roberto M., se produjo el jueves pasado, en la Terminal de Rosario. El que identificó al supuesto partícipe del asesinato fue el hermano de Virginia, quien le avisó a ella, que de inmediato se trasladó al lugar y tomó “al sospechoso por el cuello”. Con la ayuda de un policía fuera de servicio que estaba en la estación de ómnibus, retuvieron al joven hasta que llegó un patrullero. 

A Godoy lo mataron el 21 de diciembre cuatro hombres que se movilizaban en un auto y que lo acribillaron a balazos frente a tres de sus hijos, en la vereda de la casa en la que vivía la víctima con su familia. Virginia declaró que el detenido es una persona a la que ella y su marido conocían “de toda la vida” y por esa razón fue posible para la mujer identificarlo. Según el relato de la viuda, tuvieron que esperar la llegada de un patrullero porque los agentes que estaban cumpliendo servicio en la Terminal “se negaron a intervenir”. 

El joven detenido tenía pedido de captura solicitado por el fiscal Florentino Malaponte. Ahora quedó preso, imputado como “partícipe necesario” del homicidio de Godoy. Fuentes policiales estimaron que un total de 16 homicidios ocurridos en Rosario en lo que va del año tendrían relación directa con las bandas dedicadas al narcotráfico en esa ciudad.

Uno de los motivos de alarma es que las amenazas entre los grupos enfrentados en el negocio de la droga, llegan a difundirse a través de las redes sociales. Los investigadores consideran que se viene produciendo un rebrote de la “guerra narco” que en 2013 llevó la tasa de asesinatos de la ciudad santafecina a 21,8 casos cada cien mil habitantes, el triple de la media a nivel nacional. 

“La guerra no terminó. Va a terminar cuando los mate a todos, hasta la generación más chica”, prometió a través de su cuenta de Facebook un joven detenido al enterarse del asesinato de su hermano, ocurrido el 7 de enero.

Otro hermano de esa misma familia, prófugo y con pedido de captura, se sumó a las advertencias: “Juro por mi hija que los mato a todos. Uno por uno los voy a matar a estos giles hijos de puta sin sangre”.

El primer día de enero se produjeron seis homicidios que los investigadores interpretan como disputas entre bandas y que esos hechos tuvieron sus réplicas en las semanas siguientes. Según datos del Ministerio de Seguridad, ninguno de los crímenes se produjo en situación de robo. Si bien algunos casos todavía generan alguna duda, hay certeza de que la mayoría de ellos “se deben a la disputa entre las bandas”. Eso llevó a que se realizaran operativos “de saturación de efectivos policiales” en varias zonas de la ciudad, especialmente en los barrios Municipal y Parque del Mercado.