Nueve artistas mujeres –Muriel Bellini, Sole Otero, Delius, Paula Suko, Sofía Watson, Paula Sosa Holt, Constanza Oroza, Delfina Pérez Adán y Powerpaola– que se dedican al comic y viven rodeadas de dibujos, sacan su trazo erótico en Deseo y problemas. Por eso, hacen las historietas que quieren hacer y cuentan las historias que quieren contar. Además del erotismo, el feminismo se mete en sus dibujos porque surge de los temas que hablan cotidianamente. Están atentas a unirse, a ayudarse a visibilizar sus trabajos y a hacer lo posible para que aparezcan más autoras y más lectoras. Historietas largas, medianas o cortas para expresarse, hacer catarsis y sobre todo divertirse. “Como cualquier género, el erótico supone una serie de amplitudes y estrecheces”, sostiene Amadeo Gandolfo, curador de la muestra y quien convocó a las chicas. “En la vida real, el sexo conduce al amor, a la pareja, a la idealización, a la decepción. El sexo cura, daña, domina y salva. Esta muestra, entonces, incorpora emociones complicadas, relaciones tóxicas, amores platónicos, la dulzura de la cotidianeidad, los estereotipos de la pareja. Sin olvidar el sexo salvaje, sexo diverso, sexo gracioso y perverso.”

Pero, ¿de qué manera interviene el feminismo en la mirada de estas historietistas? Sofía Watson subraya que “estamos en un momento de cambio en la mirada y participamos activamente de la discusión respecto del patriarcado y eso indudablemente se filtra en el trabajo. Sobre todo porque es un trabajo que comunica ideas. Eso se traslada al dibujo. Más aún cuando se parte de la experiencia personal, que es mi caso. Si hay una situación machista que quiera mostrar, lo hago de manera que haya al menos un interrogante, que te cuestione y que muestre mi postura”. Paula Sosa Holt señala: “Creo que el feminismo está tácito en lo que hago. Soy feminista y eso necesariamente se refleja en mi trabajo porque no puedo escapar de mi punto de vista y de mis opiniones. El feminismo es mi contexto. Y aunque por ahora no hago militancia explícita en mis historietas, sí lo hago en mí día a día; soy muy consciente del tema y me parece necesario estar atenta. Fuera del lenguaje del cómic, hago ilustraciones y piezas gráficas apoyando la lucha de Ni Una Menos y promoviendo la sororidad. Siempre reviso mucho mis guiones buscando micromachismos en los que pueda llegar a caer inconscientemente. Combatir el patriarcado también es un trabajo de autocontemplación”. Powerpaola dibuja y cuenta historias desde sus propias experiencias “asumiendo mi propio cuerpo, mi propio deseo, mis ganas y mi mirada. Trato de no caer en los lugares comunes de mujer sumisa y sufrida. Nunca me he sentido como una de ellas, como las que hablan en la tele o cuando hablan de La Mujer en general. Las mujeres que conozco no tienen nada que ver con ese estereotipo. ¡Y conozco muchas mujeres, eh! Me gusta hacerle caso a mi intuición y dejarme llevar. Creo que siempre he sido feminista sin marco teórico. Solo de grande me di cuenta que no era tratada como igual. Estaba medio ciega. Cuando publiqué Virus Tropical un crítico de historieta me citó y me hizo algunas preguntas que me hicieron caer en la cuenta que mis historietas eran feministas por como me asumía, como me dibujaba, como dibujaba mi deseo y como las mujeres de mis libros resolvían sus vidas”. A Constanza Oroza le interesa “que se pueda sentir desde el propio cuerpo lo que está pasando. El feminismo interviene desde dibujar corporalidades fuera del canon hegemónico (identidades trans o no binarias, peludxs, gordxs, etcétera) hasta trabajar situaciones que también se salgan del canon, o lo cuestionen. Me gusta deconstruir y tergiversar la feminidad y masculinidad como conceptos, poniendo a personajes masculinos en situaciones de vulnerabilidad, jugar con las identidades lésbicas y el campo de juego que se abre ante una supuesta inexistencia de roles sociales en la cama. Cada vez más trato de ser consciente de la distancia entre lo que tiendo a hacer ‘naturalmente’ y sin cuestionar, y el abanico gigante de identidades y cuerpos que existen más allá de lo que te venden que debería ser”. Delfina Pérez Adán agrega: “Creo que la mirada nace desde las ideas feministas. El feminismo me hizo dar cuenta de que las cosas que me hacían ruido tenían nombre y para mí reconocer los conceptos me ayuda a proponer otro tipo de cosas. Creo que hay mucho de cómo se dibuja a los personajes. Desde la pose, las formas del cuerpo y la actitud que los personajes tomen, todo eso es regular que esté en función de la fantasía masculina. Lo establecido en el dibujo está muy definido, los dibujos a veces parecen ser de molde. Con tomar ideas de la misma realidad en cuanto a la humanidad ya podés escaparte del imaginario heteropatriarcal”. Muriel Bellini aporta: “Es necesaria la postura, el grito, el lío. Gracias a las marchas aparecen las leyes. Los cambios vienen cuando podés argumentar que no querés más lo que está pasando. Cuando te animás a defenderte de forma inteligente y te das cuenta que la orquesta la podes hacer vos también. Y ese argumento se puede hacer legítimo cuando son una banda las que piensan igual y aprenden a expresar lo que les pasa”.  Delius dice: “Para mí el feminismo interviene desde el momento en que me doy cuenta de que soy feminista y veo en mi realidad diferencias y desigualdades de género. Es una postura que afecta mi mirada y mi producción de una manera transversal. Y Paula Suko, que firma sus trabajos como Sukermercado, concluye: “Atraviesa el cien por ciento de la mirada, así como me atraviesa en todos los aspectos en mi vida. A medida que se toma conciencia de las cosas se afila muchísimo la percepción de muchas cosas que son una mierda, como la cantidad de micromachismos a los que estamos acostumbradxs. También dibujando disidencia, cuerpos distintos entre sí, festejando esas diferencias. Poner más foco en identidades que no sean el varón de 35 blanco y hetero, o la protagonista-fetiche-hipersexualizada. Y si puedo hacer un poco de quilombo e incomodar a las personas que ven todo desde la heteronorma o la hegemonía de la sexualidad, mejor.

¿Cómo es el porno que dibujan?

Paula Suko: –Busco que sea divertido y lo más alejado posible al porno que encontrás en páginas como Pornhub. Me gusta que se sienta la intimidad, que la gente se ría, y mostrar prácticas y maneras sanas de vincularse sexualmente, y festejar todo lo sexy que puede ser eso. ¿Qué más sexy que reírse y divertirse en el sexo?

Sofía Watson: –En mi caso podría decir que es un poco naif. No me interesa el realismo ni la prolijidad a la hora de dibujar cuerpos. Me interesa más la sensación, lo emotivo del dibujo, que te genere un sentimiento. No uso las escenas de sexo con el mismo fin que tiene el porno, aunque un par de personas me han tirado algunos comentarios que encajan con ese fin. Si mi dibujo llega a ‘excitar’ a alguien también me parece genial. 

Sole Otero: –Me encantaría contestar algo como ‘atrevido y divertido’ pero yo que sé... Intento tomar el porno como algo más general. Es el porno que me sale dibujar, no me detengo a pensar cómo es. Si cuento una historia y el sexo es funcional a esa historia lo uso. Dibujar pornografía no es el objetivo de lo que hago a menos que participe de alguna propuesta colectiva. La mayor parte de lo que dibujo está determinado por el contexto de la historia que quiero contar y las imágenes vienen de mis recuerdos y mis fantasías. Pienso que mi trabajo es luminoso en su aspecto, algo naif, tierno, pero los guiones suelen ser duros. Me gusta el contraste entre la inocencia gráfica y la injusticia del mundo reflejada en las historias.

Constanza Oroza: –Podría definirlo como intenso, dulce, a veces melancólico y desconectado, monocromático (casi), un poco fetichista. Es más sugestivo que explícito en términos de genitalidad –pero nunca negándola–; si la escena requiere ser gráfica, es gráfica; sino, no.

Muriel Bellini: –Me suele salir bastante psicodélico fantasioso. Invento frankensteins de todo lo que me gusta investigar del pasado. Nunca miro al costado siempre observo el pasado para pensar ideas y mezclarlas con mi vida y pensamientos de las formas que quiero hacer. Para mí el dibujo es la comunicación más directa con mi interior. Cada dibujo son las respuestas que saca mi mano como eco a mi pregunta de quién soy.

 ¿Cuál es el plus de trabajar ese tema?

Powerpaola: –Tener la posibilidad de quitarle esa música satánica que nos han enseñado que tienen de fondo esas situaciones sexuales. Asumirlas como parte de la vida, como todo lo demás. Volver posible lo que nos han dicho que no es para nosotras. ?Desarticular el poder y el control en el otro y en una. Volviendo esas relaciones más expansivas y amorosas?, una relación más de iguales. Pero solo puede empezar desde la propia vida para que luego se reflejen esas experiencias en el dibujo e historieta. O tal vez hay que dibujarlas primero como premoniciones para que luego sucedan. Para mí es indispensable el asociarse, compartir, discutir y conversar con otras colegas. Solo así hemos generado que nos pasen cosas? a todas. Me gusta el trabajo en equipo y pensar en comunidad. Y para todo se necesita imaginación.

Delfina Pérez Adán: –La temática erótica siempre estuvo en función de la fantasía masculina. Está bueno darle al mundo otro tipo de historias desde otro punto de vista. Me gusta pensar que estamos agrandando las opciones y por lo tanto, hay más diversidad a la hora de encontrar una historia. Es más probable que encuentres algo que te interese si sigue así, a seguir escuchando y viendo siempre la misma clase de cosas.

Deseo y problemas

Artistas: Sofía Watson, Muriel Bellini, Fernando Calvi, Delius, Ignacio Minaverry, Jo Murúa, Sole Otero, Constanza Oroza, Oski, Delfina Pérez Adán, José Luis Salinas, Diego Simone, Francisco Solano López, Paula Sosa Holt, Sukermercado, Powerpaola, Diego Trerotola, Luciano Vecchio, Pablo Vigo y Calé.

Centro Cultural Recoleta, Junín 1930, CABA 

Hasta el 11 de marzo.