“No es un pretexto para el ‘no’, es un pretexto para juntarnos, para hacerlo. El pretexto no necesita tener sentido”, dice Florencia “Hana” Ciliberti acerca de su cuarto disco, en el que participan Daniel Melero, Diego Tuñón y el artista plástico Alfredo Prior. Producido y mezclado por Gustavo Iglesias (Babasónicos), Pretexto tiene una búsqueda minuciosa del audio que, como una piedra preciosa, se descubre exquisita en su producto final. Fue grabado sin guitarras, trae canciones compuestas por Florencia en soledad, y el resultado es de una cadencia hipnótica. Los conceptos se hamacan en las programaciones, pianos, percusiones, batería, bajo y la voz de ella, que susurra elegante frases contundentes.

“Me parece tan mágico eso donde la canción termina siendo el país a descubrir. Es algo tan inocente y tan hermoso del artista estar esperando que aparezca el color, que aparezca ‘eso’, y hace que la vida sea hermosa por un rato”, describe. Encantada por las posibilidades que ofrece la tecnología, Hana se desliga de lo tradicional y busca a través de las singularidades del sonido: “Me gustan mucho el tecno y lo que podría llegar a pensarse como frío, porque compongo melodías que podrían ser de temperaturas cálidas. Me gusta esa contracción que se genera”.

El universo de Hana se descubre infinito, un cuadro que aún no se pintó pero que nacerá con los colores que no existen. Con la magia de lo lúdico a disposición, la música se sirve del formato que desee para usarlo con el lenguaje elegido. “Como artista visual, planifico muestras e instalaciones, puedo pensar lo que quiero decir a través de objetos o de la materia. Y a su vez, cuando compongo una canción, puedo utilizar ese lenguaje para decir tal vez lo mismo, pero siempre las veo como herramientas diferentes”, dice. Con el paso del tiempo se reconoce capturando esos pensamientos o interrogantes de un mismo universo. “Para mí vida y arte, arte y vida, son lo mismo”, sintetiza.

“Vacilando por los bordes de pintura derramada”, canta Florencia en Derramada, y es apenas una línea en su nuevo disco que da luz a las pulsiones inevitables del arte y la música. A principios de 2016, en el espacio taller La Verdi, comandado por Ana Gallardo, se organizó una maratón de artistas plásticos que hacían música. Fue cuando Hana tuvo la idea de registrar a aquellos artistas cuyo compromiso con la música excediera la idea de, simplemente, colgarse un instrumento. Los elegidos serían quienes busquen plasmar su obra como compositores, cantantes o instrumentistas.

Inspirada por la tracción de estos distintos lenguajes, creó Otras formas. Artistas visuales hacen música, un compilado que nuclea canciones de artistas plásticos y rescata a los primeros del mundo del arte en hacer música: El gusanito en persona, de Jorge de la Vega, grabado en 1968, y a Federico Peralta Ramos, que grabó un vinilo en 1970. En el compilado participan Nicolás Bacal, Juan Becú, Alfredo Prior, Matias Duville/The Pupilos, Dani Umpi, Lola Granillo, Hana, Francisco Garamona, Conchetinas, entre otros.

“En la década del 2000 yo estaba en una galería que se llamaba Sonoridad Amarilla y me decían ‘bueno, sos música y artistas plástica’, estaba como fraccionada y entendía que era la manera en que se me describía”, retoma Hana. “Con el tiempo empecé a darme cuenta de que soy todo. Son procesos diferentes y amo los dos, me colocan en lugares distintos en cuanto a la conexión con la materia pero no en cuanto a contenido.