River, que venía dulce por su triunfo sobre Central, sumó un bonus  con el triunfo por 2 a 1 sobre Olimpo, en Bahía Blanca. Con algunos cambios en la formación (jugaron Bologna, Domingo y Mora), pero con la idea de juego, de asumir el protagonismo, el equipo de Nuñez redondeó una buena actuación. Olimpo, que se puso en ventaja en el inicio con un gol de Caballuci capitalizando dudas en el fondo del rival, se dedicó a sostener la ventaja y después del empate (Alario desde cerca) siguió en esa misma postura. Recién fue a cambiar golpe por golpe cuando River se  puso en ventaja (Driussi de penal, por una infantil falta a Mayada) y no inquietó mucho a  Bologna quien, salvo en una salida en falso, no anduvo mal.    

El partido, de todos modos, pasó a segundo plano para los hinchas de River porque, más allá de lo que pudiera pasar en Bahía Blanca, les interesaba el futuro de Marcelo Gallardo, quien en los últimos días dio tantas pistas sobre su desvinculación como de su continuidad en el club. Gallardo estuvo en el centro de la escena en los últimos días. Después del Superclásico fue duramente criticado por sacar a D’Alessandro en el momento en que River le ganaba 2 a 1 a Boca y parecía tener el absoluto control del juego. Con la chapa puesta, luego de los tres goles de Boca que dieron vuelta la historia, muchos hinchas riverplatenses olvidaron  reconocer los méritos del rival para centrarse en la salida de D’Alessandro como factor fundamental de la derrota. Unos días más tarde, Gallardo volvió a convertirse en protagonista, cuando su equipo se consagró campeón en la Copa Argentina. Cuando River perdía 3 a 2 y la final se le iba de las manos  hizo lo que haría cualquier entrenador del mundo: puso dos delanteros en reemplazo de dos volantes, en este caso los uruguayos Mora y Alonso por D’Alessandro y Martínez. Y como Alonso hizo un gol y participó en el otro y Mora también intervino con un centro, se consideró como idea genial eso de ir a buscar por arriba el partido que perdía por abajo. El gran protagonista de la noche cordobesa había sido Alario, autor de tres goles y coprotagonista del restante y se pudo llevar la pelota del partido, pero los elogios más encendidos se los llevó Gallardo.

Si River hubiera perdido la Copa Argentina y se hubiera quedado sin torneos importantes en el horizonte del 2017 es casi seguro que a esta altura se hablaría de Gallardo como el ex entrenador de River. Pero  ahora el panorama es distinto. El sabe muy bien que si renuncia ahora se va como un gran campeón lleno de gloria y tendrá las puertas abiertas para el regreso cuando se lo proponga. Si se va estará en condiciones de enfrentar nuevos desafíos y posibilidades de una mayor facturación personal, en el caso de emigrar a Francia, por ejemplo, un destino muy probable por ser un país en el que dejó una buena imagen como jugador.También debe estar pensando en la selección nacional y un eventual reemplazo de Bauza, en una carrera en la que potencialmente corre a la par de Diego Simeone. Parece seguro que Gallardo no se va a ir de River para dirigir en otro equipo argentino.

Antes de fin de año va a anunciar su decisión. Nueve de cada diez hinchas de River quieren que se quede y la mayoría de ellos lo entenderán si se va. El futuro de Gallardo no le dejó muchos espacio a los demás. La gente terminó cantando “el Muñeco es de River y de River no se va”.


Claves

  • River mostró muchas grietas defensivas en el inicio del partido, pero a partir de los 20 minutos asumió el protagonismo y dio desde ahí la sensación de ser superior individual y colectivamente.
  • Olimpo encontró un gol en el arranque, pero nunca encontró la manera de emparejar el juego en la mitad de la cancha.
  • Maidana en el fondo, Domingo, Nacho Fernández y los dos peligrosos delanteros fueron los ejes sobre los cuales giró el equipo de Gallardo en el que pudo ser su último partido.
Télam
Sebastián Driussi con la pelota, una sociedad que le reportó a River ni más ni menos que diez goles.