CONTRATAPA

Hay un clima raro últimamente

Por Kurt Vonnegut *

Primero lo primero. Quiero que quede muy claro que este bigote que uso es el bigote de mi padre. Debí haber traído una fotografía suya.
Mi hermano mayor, Bernie, ahora fallecido, fue un físico y químico que descubrió que el yoduro de plata a veces puede hacer que nieve o que llueva; él también usaba este bigote.
Hablando del clima: Mark Twain dijo que algunos de sus lectores se quejaron de que no había suficiente clima en sus historias. Por eso Twain escribió algunas descripciones climatológicas para que los lectores pudieran insertarlas donde creyeran que podían ser útiles.
Se dice que Mark Twain derramó una lágrima de gratitud e incredulidad cuando recibió honores por sus escritos en la Universidad de Oxford, Inglaterra. Y yo debo derramar también una lágrima debido a que a los 80 años se me ha invitado, por mi labor de escritor, a hablar bajo los auspicios de la sagrada Casa de Mark Twain aquí en Hartford.
¿Qué otro monumento estadounidense es para mí tan sagrado como la Casa de Mark Twain? El Memorial de Lincoln en Washington DC. Mark Twain y Abraham Lincoln eran muchachos campesinos provenientes de la zona centro de Estados Unidos. Ambos hicieron que los estadounidenses se rieran de sí mismos y apreciaran chistes realmente importantes y de gran contenido moral.
He notado que los trabajos de construcción del Museo Mark Twain, aquí en Hartford, han sido suspendidos. El museo está justo detrás de lo que era la cochera de la Casa Mark Twain, en el número 351 de la avenida Farmington. Los albañiles fueron obligados a abandonar la construcción y enviados a casa porque los “conservadores” estadounidenses, como les gusta llamarse, que están en Wall Street y encabezan la mayor parte de nuestras corporaciones, se robaron una fracción importante de nuestro ahorro privado. Arruinaron a inversionistas y asalariados mediante el fraude y la piratería descarada. Crearon una deuda pública de magnitud tan impensable que nuestros descendientes, para quienes abrigábamos tan elevadas esperanzas, llegarán a este mundo pobres como ratones de iglesia. ¿Qué están haciendo los conservadores con todo el dinero y el poder que alguna vez nos pertenecieron a todos? Pues nos están diciendo que debemos estar absolutamente aterrorizados, y que debemos correr en círculo como pollos decapitados. Pero ellos van a salvarnos. Nos están obligando a quitarnos los zapatos en los aeropuertos. ¿Hay alguien aquí a quien pueda ocurrírsele una mejor broma que ésta?
El otro día le pregunté al antiguo pitcher de los Yankees Jim Bouton su opinión sobre nuestra gran victoria en Irak y me dijo: “Mohammed Alí contra el señor Rogers”. (El señor Rogers es un personaje de un ciclo infantil.)
¿Qué son los conservadores? Son personas dispuestas a mover cielo y tierra, si es necesario, y que están dispuestas a arruinar una compañía o un país o al planeta, con tal de probar ante nosotros y ante sí mismos que son superiores a todos los demás, con la única excepción de sus amigos. Ellos cuidan mucho de sus amigos; cuidan que no vayan a dar a la cárcel y esas cosas. Los conservadores están locos como chinches. Son bravucones.
¿Guerra entre clases? Claro, también de eso se trata. Los conservadores dejaron clara su superioridad a admiradores de Abraham Lincoln, Mark Twain y Jesús de Nazaret con la muy competente ayuda de la televisión, medio que volvió intrascendentes nuestras protestas contra la guerra.
¿Qué fue lo que nos pasó? Hemos sufrido una calamidad tecnológica. La televisión es ahora nuestra forma de gobierno. ¿Qué razones tuvimos para protestar contra la guerra de los conservadores? Podría nombrar muchas razones pero sólo necesito mencionar una, que es el sentido común. Muy probablemente se reanudarán, tarde o temprano, las labores de construcción del Museo Mark Twain. Por eso yo, que soy hijo y nieto de arquitectos de Indiana, quiero aprovechar la oportunidad de sugerir un elemento que espero se incluya en la estructura ya terminada, y que son unas palabras que deberían labrarse en el dintel de la entrada principal.
Se me ocurrió jugar con algo famoso que él dijo: “Sé bueno y serás solitario”. ¿Les parece bien? Imaginen estas palabras cinceladas en ese noble dintel, pintadas en oro: “Sé bueno y serás solitario en la mayoría de los lugares, pero aquí no. Aquí no”.

* Escritor norteamericano, autor de Galápagos y Hocus pocus. Especial de La Jornada, de México, para Página/12. Adaptado de una conferencia pronunciada por Kurt Vonnegut en la Casa de Mark Twain en Harford, Connecticut, en abril último.

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