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“La Argentina se hace latinoamericanista cuando le va mal. Alberdi dice que no somos americanos, que somos europeos trasplantados en América. Esto no ocurrió sólo en la Argentina. En momentos de formación de identidades nacionales se consideraba, por distintos motivos, que las naciones exitosas eran las cristianas de razas blancas, creencia compartida en todo el arco occidental a fines del siglo XIX y principios del XX. La modernidad tenía que ver con estos componentes étnicos y culturales. Sin duda, una autoimagen de un país mucho más blanco de lo que es en realidad. La Argentina se latinoamericaniza y empieza a padecer la desigualdad, la pobreza, la violencia individual, la inseguridad, la disgregación. Eso es latinoamericanizarse. Es distinto de otras visiones en donde ser latinoamericano estaba ligado a la utopía del mundo nuevo. Durante la Primera Guerra Mundial, para José Ingenieros, Francia y Alemania eran los bárbaros. En cambio, él pensaba que en América se podía realizar el modelo civilizado, con los valores civilizados que los europeos proclamaron, pero que fueron incapaces de llevar al mundo. En estos territorios había resurgido la utopía del mundo nuevo como propuesta positiva.”