DEPORTES › INSóLITO CONFLICTO EN LA NATACIóN MUNDIAL

La guerra de las mallas

 Por Amaya Iríbar *

Speedo, 18; Arena, 1. Ese es el balance de los dos primeros meses de la guerra de las mallas de baño, el número de records del mundo rotos en la piscina por los nadadores que visten los nuevos prototipos de las dos grandes marcas del sector. Esos números han levantado sospechas sobre la legalidad de la prenda victoriosa y han hecho intervenir a la Federación Internacional de Natación (FINA). La organización (que ayer adoptó por aclamación el nuevo código antidoping de la WADA) aclaró el domingo en un comunicado que “no hay evidencias científicas” de que el Speedo LZR Racer haga flotar a los nadadores. A pesar de ello, mantiene la reunión prevista con los fabricantes en Manchester, donde se celebran los mundiales en piscina corta, para “revisar y actualizar, si es necesario, el procedimiento de aprobación de los trajes de baño” y recuerda a la industria la “obligación de asegurar que las prendas están al alcance de todos los competidores”.

Desde que el 16 de febrero Kirsty Coventry fuera la primera en batir una plusmarca mundial vestida con la nueva malla de Speedo, la de los 200m espalda, el malestar ha ido en aumento. Nadadores y entrenadores han cuestionado su legalidad: “La FINA le ha dado el visto bueno, pero incumple su propia normativa”, aseguró el padre de Olaf y Aschwin Wildeboer en los recientes Campeonatos de España. Algunos países, como Italia y Canadá, han ido más lejos y han prohibido a sus nadadores saltar al agua con el LZR en sus pruebas nacionales. Las dudas, y quejas y comentarios de los nadadores –que la malla no está al alcance de todos, que ayuda a flotar y que superpone materiales, todo ello prohibido por las normas de la FINA– han llevado a Arena a escribir una carta abierta a la federación internacional para que “clarifique la situación”, explicaba ayer Giuseppe Musciacchio, director global de marketing de la compañía.

Musciacchio reconoce que tras el conflicto se esconde una batalla deportiva, pero también comercial, que se agudiza cada año olímpico, el gran momento para las marcas especializadas que invierten millones de euros en sus nuevos lanzamientos. Speedo patrocina a algunos de los mejores del mundo, entre ellos a los de Estados Unidos, con el gran Michael Phelps a la cabeza, y Australia (nueve marcas se han batido en los torneos de clasificación olímpica de ese país).

En los Europeos de Eindhoven no todos compitieron con el LZR porque no se sentían cómodos. “Es una malla muy especial”, reconocen fuentes de la federación; “porque se ajusta mucho al cuerpo y si la talla no encaja puede resultar molesto”. Arena, más europea, tiene entre sus figuras a la francesa Laure Manaudou –pero no a su compatriota Alain Bernard, que batió los records de 50m y 100m libre con el famoso Speedo–, y a todos los italianos, incluida Federica Pellegrini, la única que ha logrado romper una marca mundial este año sin el polémico LZR. Lo hizo con la Powerskin Extreme, otra malla de ligero de cuerpo entero, materiales de última generación que prometen resultados inmejorables, presentada en sociedad el 17 de marzo con motivo de los Campeonatos de Europa de Eindhoven. La situación no es fácil para la federación. A cuatro meses del comienzo de los Juegos Olímpicos es poco probable.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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