DEPORTES › EL CAMPEóN ANAND Y SU JUEGO AUDAZ E INNOVADOR

Desde Fischer no hubo nada igual

Viswanathan Anand dinamitó el Mundial de Ajedrez de Bonn, pactado a doce partidas, con un juego vistoso, valiente e innovador que le ha permitido derrotar a su predecesor –actual aspirante– Vladimir Kramnik en tres de las seis primeras partidas. Ni siquiera el carismático Garri Kasparov consiguió una sola vez en su vida derrotar con negras a Kramnik en ajedrez clásico. Anand lo ha hecho dos veces en siete días.

Cuando el Mundial de Bonn ha consumido la mitad de su programa (hoy se juega la séptima partida), Anand domina por 4,5 a 1,5 puntos tras conseguir victorias en la tercera y en la quinta con negras y en la sexta con blancas. Kramnik, el único jugador que venció a Kasparov en un duelo con título en juego, disfruta de una merecida fama de jugador sólido frente al cual pocos se arriesgan a buscar una victoria con negras, pero Anand, en su mejor versión de jugador espectacular y ambicioso, no dudó en desafiar al ruso, con negras y con blancas.

Seis meses de intensa preparación rindieron excelentes frutos al Gran Maestro residente en España. Salvadas las dos primeras partidas de tanteo, Anand se lanzó con negras a la yugular de su adversario con una receta casera sobre la defensa eslava que, sin miedo a ceder dos peones, terminó dándole la primera victoria en el tercer juego.

Kramnik dudó en la cuarta partida si asumir riesgos, con negras, en un gambito de dama, pero optó por la simplificación y el conato de lucha terminó en tablas. El drama iba a regresar en la quinta, cuando el ruso necesitaba imperiosamente refutar la idea de Anand, para lo cual tenía que adentrarse en la misma línea de la tercera.

Convencido de que la audacia es un valor sólido en el ajedrez, Anand no retrocedió un solo paso en la quinta, pisando sobre las huellas de la tercera hasta que en el movimiento 15 volvió a dejar a Kramnik meditabundo, a solas frente al reloj. Kramnik se apuró (tenía 20 minutos para los últimos 15 movimientos antes del control, frente a una hora de su rival) y en el movimiento 35 hubo de inclinar por segunda vez su rey.

El efecto psicológico de esta segunda derrota con negras resultó devastador para Kramnik, que en la sexta partida, con negras, asumió graves riesgos frente a un Anand innovador, tranquilo, dominador y preciso, que aceptó el presente de dos peones ofrecido por el ruso para acceder a un final favorable en el que brilló su maestría táctica.

El público, poco acostumbrado a presenciar tanta “sangre” en un duelo por el título mundial, asiste con asombro a la aparente ejecución sumaria de Kramnik a manos de un jugador que está confirmando su condición de mejor jugador no ruso de la historia desde Bobby Fischer. Anand venía de una actuación desastrosa un mes antes en el torneo de Bilbao, donde no logró una sola victoria en diez partidas. Es evidente que estaba concentrado en la preparación del mundial y no quería dar ninguna pista al aspirante.

Transcurrida la primera mitad del combate, Kramnik se enfrenta al difícil reto de obtener al menos tres victorias en seis partidas si pretende llegar, al menos, a las partidas rápidas de desempate previstas, si fuera necesario, para el 2 de noviembre. Los 750.000 euros que Kramnik tiene asegurados sea cual fuere el desenlace del encuentro (la bolsa de millón y medio se reparte en partes iguales) servirán, en todo caso, de consuelo al jugador ruso, que está en trance de sufrir la mayor humillación de su carrera deportiva.

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