DEPORTES › GANO 3-0 A CHICAGO CON UN GOLAZO DE PAVLOVICH Y DOS DE MILITO

Racing siempre tiene una sorpresa

Tras la silbatina que recibió el domingo, ayer recibió los aplausos más halagadores después de vencer claramente al equipo de Mataderos, en el partido pendiente de la sexta fecha del Apertura. La victoria oxigena la tarea de Osvaldo Ardiles al frente del plantel.

¿Tanto cambió Racing en tres días para pasar de sufrir una catarata de insultos a gozar de la música de los aplausos? De aquel equipo que empató 1-1 con Gimnasia mientras los hinchas pedían a los gritos el regreso de Reinaldo Merlo, Osvaldo Ardiles dejó a siete titulares: sacó a Maidana, a González y a Marchant, e introdujo a Pumar, Arce, Arano y, por el suspendido Estévez, incluyó a Pavlovich. Pero fueron menos determinantes las variantes de la floja oposición que puso el rival, y el bálsamo que significó quedar pronto en ventaja. El 3-0 de Racing fue merecido, y aunque no deja margen para el colmo de la ilusión, un golazo como el que conquistó Pavlovich habilita a soñar..., al menos hasta el domingo.
Chicago había sido un poquito más incisivo en el arranque, pero pronto Peralta puso las cosas en su lugar, con un bordado en el medio, pisando la medialuna, y una habilitación perfecta, con la cara externa del botín, para Milito, jugando con la indecisión de la zaga de Mataderos. El delantero hizo la que se supone: la paró con la izquierda, giró y la acomodó de derecha sobre la salida de Velázquez.
La apertura del marcador tranquilizó a Racing, y el partido se hizo movido y entretenido. Serrano se perdió el empate, al ratito Peralta estrelló un bombazo en el pecho de Velázquez, un disparo de Arce se fue cerca y, en la réplica, Couceiro hizo estallar el palo izquierdo del vencido Campagnuolo. De ida y vuelta parecía que Racing estaba más cerca, porque sus jugadores no estaban tan desorientados en el campo, y pronto aumentó la ventaja con el golazo de Pavlovich.
Llegó el centro pasado de Milito, que Pavlovich recibió en el área de espaldas al arco. El delantero la paró con el muslo, la hizo picar en su rodilla y, antes de que cayera, le pegó de media vuelta, contra el palo derecho de Velázquez. Una auténtica joya.
Con el resultado a su favor, el local se dedicó a controlar el partido. Chicago acusó el golpe, pero en el arranque del segundo tiempo pareció que la charla de Néstor Gorosito en el vestuario les había infundido otro ánimo; la entrada de Carreño por el inexpresivo Jesús le aportó más dinámica al conjunto visitante, mientras Racing se dejaba cercar alrededor de tres cuartos de cancha, especulando con el contragolpe.
Pudo haber descontado Carreño, luego lo tuvo Amaya; Chicago rondaba el arco de Campagnuolo pero careció de precisión a la hora de definir. Y Racing, en la réplica, le cantó el no va más... Pelotazo de Peralta, tirado sobre la derecha, para la entrada de Milito, bicicleteando y tocando con derecha ante el achique apurado del arquero. Ardiles lo festejó más que nadie.

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Nicolás Pavlovich festeja su golazo, el segundo de Racing en la victoria 3-0 ante Chicago en Avellaneda.
 
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