DEPORTES › ESTUDIANTES NO PUDO DERROTAR A CRUZEIRO EN LA FINAL DE LA COPA

Un empate que sabe a castigo

El conjunto de La Plata se topó con un rival duro, que jugó con rudeza y le cortó los circuitos de juego. Verón y compañía no encontraron las variantes necesarias y terminaron sumidos en la impotencia. La revancha, en una semana en el Mineirao.

Fue cero a cero cuando media La Plata esperaba la victoria y soñaba con la goleada. Altera los planes de ir a Belo Horizonte para jugar la revancha de la final de la Copa Libertadores con ventaja en la guantera. Y promete un camino escarpado en el último tramo del torneo, los 90 minutos finales como visitante.

Le costó a Estudiantes hacer pie, a caballo entre la necesidad de ganar y la conveniencia de hacerlo por una diferencia abultada, una pinza de exigencias que atenazó sus movimientos iniciales. Pese a eso, pese a que el equipo brasileño mostró en su despliegue los porqué de su condición de finalista –tanto por la manera con la que ocupó el campo como por la forma en que se las arregló para defenderse con o sin pelota–, el equipo local tuvo dos claras situaciones de gol: un tiro libre de Verón al ángulo derecho que el arquero Fabio sacó al corner, y un derechazo de Pérez tras una pared larga, en el mano a mano, que Fabio desvió por arriba del travesaño.

Pero después del cuarto de hora, Cruzeiro lo partió al medio, literalmente: le inundó la franja media con sus volantes, le puso presión a la zona de gestación de juego, obligó a Verón a abusar de los pelotazos, a dividir el balón. De esa manera quedaban aislados Fernández y Boselli en el ataque, sin posibilidades de asociarse con sus compañeros que vinieran desde atrás para sumarse al ataque.

En ese ritmo, Estudiantes fue perdiendo paulatinamente el control de la pelota, mientras crecían los tocadores brasileños, discutiendo el predominio, sin permitir desde los 25 minutos en adelante que los jugadores locales pudieran a llegar cara a cara contra Fabio con chances de lastimar.

Así que a Estudiantes no le quedó más remedio que tirar pelotazos largos, apostar a las pelotas detenidas, tratar de acertar en la habilitación de sus dos delanteros, aunque Boselli y en especial Fernández estuvieron poco precisos.

Apenas arrancado el segundo tiempo, Fabio le sacó el gol primero al remate de Boselli, luego al cabezazo de Schiavi. Pero el árbitro Larrionda ignoró un claro penal de Desábato a Wellington. El juego, que ya era recio, se hizo fuerte y Verón debió salir por unos instantes a causa de un corte.

El partido parecía uno de esos versión ’60 de la Libertadores: friccionado, cortado, discutido, con los jugadores del Cruzeiro excediéndose en las faltas y los de Estudiantes cayendo lentamente en la desesperación. Como Kléber se perdió un gol con el arco vacío a los 79, en la situación de gol más clara del partido, el empate final hasta supo a halago. Pero, en el fondo, sabía a castigo.

0- ESTUDIANTES

Andújar; Cellay, Schiavi, Desábato, Ré; E. Pérez, Verón, Braña, Benítez; Fernández, Boselli.

DT: Alejandro Sabella.

0- CRUZEIRO

Fabio; Jonatan, Anderson, Leandro Silva, Gerson Magrao; Marquinhos Paraná, Henrique, Ramires, Wagner; Kléber, Wellington Paulista.

DT: Adílson Batista.

Estadio: Ciudad de La Plata.

Arbitro: Jorge Larrionda (Uruguay).

Cambios: 75m, Núñez por Benítez (E); 81m, Salgueiro por Fernández (E); 85m, Fabinho por Gerson Magrao (C).

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Partido duro y cortado, sin muchas situaciones de gol, se jugó anoche en La Plata.
 
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